Tras años de precios por las nubes, el mercado de la vivienda en Estados Unidos da señales de haber empezado a enfriarse, pero según la mayoría de analistas, esta vez no hay una burbuja inmobiliaria como la que desató la última crisis financiera a finales de los 2000.
El principal elemento que está contribuyendo a calmar las aguas son las agresivas subidas de tipos de interés decretadas por la Reserva Federal (el banco central estadounidense), cuyo objetivo es, precisamente, rebajar el apetito de los consumidores -también en el mercado de la vivienda- para combatir una inflación desbocada. (EFE)