Un hombre armado abrió fuego en una fábrica del estado norteño de Maryland el jueves 9 de junio, matando al menos a tres personas e hiriendo gravemente a una cuarta. Tras un intercambio de disparos con la policía, el asaltante fue finalmente neutralizado.
Una nueva tragedia con armas de fuego golpea a Estados Unidos. El jueves por la tarde se produjo un tiroteo en una fábrica de Smithsburgh, una localidad del condado de Washington en el estado de Maryland.
Tras informar de “varios muertos”, las autoridades locales confirmaron finalmente que tres personas habían muerto en el ataque.
Una portavoz del sheriff del condado de Washington declaró que el presunto tirador, que no fue identificado inmediatamente, resultó herido en un tiroteo con un agente de policía. Ambos fueron trasladados a un hospital local para recibir tratamiento.
Las oficinas de Baltimore del FBI y de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos también anunciaron en Twitter que estaban enviando agentes al lugar de los hechos.
Un portavoz de la fábrica Columbia Machine Inc. donde se produjo el tiroteo señaló que la empresa estaba cooperando con los investigadores sobre lo ocurrido, sin dar más detalles.
Por el momento, las autoridades no saben si el sospechoso y las víctimas eran empleados de la empresa, afirmó Carly Hose, de la oficina del sheriff, en una conferencia de prensa.
Varias horas después del tiroteo, numerosos policías seguían en el lugar del incidente mientras que los familiares de los empleados se reunieron el jueves por la noche en una estación de bomberos del centro de la ciudad a la espera de información.
La tragedia se produce en un momento de gran intensidad emocional, días después de un tiroteo en una escuela primaria de Uvalde, Texas, en el que 21 personas murieron, entre ellas 19 niños. Esta conmoción ha reavivado el debate sobre la regulación de las armas, que un número creciente de estadounidenses reclama.
El atentado de Uvalde y el de la tienda de comestibles de Búfalo (Nueva York), en el que murieron 10 personas, han llevado al Congreso de Estados Unidos a redoblar sus esfuerzos para aprobar leyes federales de control de armas más estrictas.
Según el Gun Violence Archive, en lo que va de año han muerto 19.093 personas por armas de fuego en Estados Unidos.