Las dudas sobre lo nuevo son razonables, al igual que la incertidumbre frente a experiencias conflictivas. No así la construcción de teorías de la conspiración que unen mentiras y medias verdades con el miedo. Mezcla explosiva.
Sin ser científico ni médico, mi primera reacción a descubrimientos y propuestas es de apertura mental: escuchar, analizar la procedencia y ponderar los pro y los contra.
Los caminos de la ciencia siempre han sido difíciles. Grandes mentes de la historia sufrieron persecución —y algunas terminaron en la hoguera— por divulgar sus hallazgos. Hoy, afortunadamente, la luz precede a la oscuridad, aunque nos enfrentamos a otro dilema: la desinformación.
Por ejemplo, la vacunación contra el Covid-19 ha desatado todo tipo de elucubraciones, algunas basadas en los hechos aislados, que todo proceso similar conlleva, y otras completamente delirantes.
Tras la publicación en www.CalaBienestar.news de una guía con 24 noticias falsas sobre las vacunas, firmada por médicos y expertos, algunos dicen que me he sumado a la «agenda globalista para reducir la población mundial». Me reiría si no fuera algo tan serio.
Son los que insisten en que el Covid-19 no existe, en que es un plan de ciertas élites para dominar el mundo. Los mismos negacionistas que califican de «falsa» la severa nevada que afectó recientemente a España, porque, en su opinión, se trata de «plástico» lanzado desde el cielo (no se sabe bien por quién) «para engañarnos». No exagero. La noticia está en los periódicos.
¿De qué fuentes se nutren? Ninguna que merezca la pena salvar. Frente al conocimiento probado de prestigiosas instituciones, las mismas que nos han salvado de enfermedades y han elevado la esperanza de vida en todo el mundo, se cita a un grupo de «médicos por la verdad», cuyas ideas no han sido validadas por ninguna publicación seria.
Claro, si alguien considera que el mundo entero se confabula para afectarle, arrebatarle sus derechos e imponer una dictadura universal, ese miedo le conducirá a la infelicidad permanente. Por supuesto, ahí fuera hay peligros, pero cuidado con creer en «los expertos del WhatsApp», porque acabaremos dudando hasta de nuestra propia sombra.
El tema es serio. Hoy vemos cómo regresan enfermedades ya erradicadas, entre ellas el sarampión, la polio, la difteria, la rubeola y la viruela, debido al empecinamiento de los grupos antivacunas. Se vale opinar y diferir. Tú tienes poder de elección en casi todo lo que te sucede.
POR ISMAEL CALA
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