Efectos secundarios tras vacunación contra Covid-19 son normales según virólogo Julian Tang
El virólogo Julian Tang, de la Universidad de Leicester, en Reino Unido, afirmó que experimentar algún efecto secundario leve tras vacunarse contra el coronavirus es normal y hasta puede ser un signo de que la vacuna está funcionando.
“Tras la inmunización, es posible que aparezca algo de fiebre, malestar, dolor o cansancio. Cada individuo puede experimentar uno de estos síntomas, una combinación de los mismos o ninguno. Pero, estos efectos secundarios desaparecen generalmente a las pocas horas o días”, indicó.
“La enfermedad es muchísimo peor que la inmensa mayoría de efectos secundarios de la vacuna. Las vacunas salvan vidas con un alto grado de protección”, recalcó.
Los expertos recomiendan estar alerta tras recibir la vacuna ya que, en caso de producirse una reacción alérgica grave, esta ocurre a los pocos minutos y horas de la inoculación. Esto último, sin embargo, está demostrando ser bastante poco probable.
De acuerdo a un estudio liderado por especialistas del Hospital General de Massachusetts, en Boston, Estados Unidos, la prevalencia de una reacción anafiláctica es de entre 2,5 y 11,1 casos por millón de dosis de la vacuna de Pfizer, por ejemplo. Y la mayoría de esos casos se da en pacientes con historial de alergias.
Dicha estadística puede variar ligeramente según el tipo de población o de vacuna, pero da una medida de lo poco probable que es desarrollar una reacción alérgica. (Tomado de BBC)
Coronavirus: El porcentaje de efectividad de las vacunas
De acuerdo con un artículo publicado por la BBC, las cifras de efectividad de las vacunas contra la covid-19 se acumulan en los titulares, aumentando las esperanzas de un mundo ávido por superar la pesadilla de la pandemia.
La última cifra conocida fue el 92% de eficacia que un artículo publicado en la revista científica The Lancet atribuye a la vacuna rusa Sputnik-V, que se suma al 95% reportado por la desarrollada por Pfizer-BioNtech, el 94,1% de la de Moderna y el 70% de la de la Universidad de Oxford y AstraZeneca.
Son todos datos alentadores que invitan a pensar que los programas de vacunación masiva deberían servir para poner bajo control al coronavirus SARS-Cov-2, que ya ha causado más de dos millones de muertes en el mundo, y una crisis sanitaria y social sin precedentes en la historia reciente.
Al contrario que las desarrolladas por Pfizer y Moderna, que se basan en una novedosa tecnología que permite la exposición del organismo a un fragmento del ARN del coronavirus, la Sputnik-V utiliza un virus del resfriado común que se modifica para que actúe como vector y provoque una respuesta controlada del sistema inmune que se repetirá si detecta la presencia en el cuerpo del SARS-Cov-2
De acuerdo con las cifras de “Our world in data”, más de 103 millones de personas han sido ya vacunadas en todo el mundo, la gran mayoría en países desarrollados.
Vacunación contra Covid-19 refleja desigualdad global
El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Tedros Adhanom Ghebreyesus, afirmó que el mapa de desigualdades que dibuja la vacunación global contra la covid-19 puede poner en riesgo la propia inmunización que se intenta alcanzar.
“Los países que concentran 76% de las dosis administradas hasta ahora representan 60% del PIB mundial. Esta brecha es perjudicial para el mundo. La continua desigualdad es contraproducente en un momento en el que las variantes del coronavirus están retrasando la recuperación económica”, agregó.
Un estudio de la Universidad de Duke sobre la desigualdad en la compra de vacunas, que fue difundido en febrero, señaló que la concentración de las dosis en los países más ricos tendría como consecuencia que cerca de 90% de los habitantes de casi 70 países pobres tuvieran escasas posibilidades de acceder a la vacuna este año. En cambio, otros países compraron o reservaron muchas más dosis que las que necesitan para inmunizar a su población. Algunos, como Canadá, que compró una cantidad que quintuplica su población, se comprometieron a aportar las vacunas sobrantes al mecanismo Covax.
Según explicaron en febrero a la BBC los responsables del estudio de la Universidad de Duke, una distribución desigual de la vacunación permite que el virus circule en algunas zonas del mundo y siga mutando, de tal manera que la inmunización que se logró en otras regiones deje de ser efectiva. De este modo , la situación terminaría por perjudicar también a los países ricos que contaron con la vacuna a tiempo.
De los 600 millones de dosis administradas hasta ahora, la cuarta parte, 150 millones, corresponden a Estados Unidos. En China se aplicaron 120 millones y en la Unión Europea 73 millones, el doble que en América del Sur.
Según Our World in Data, que es un proyecto vinculado con la Universidad de Oxford, en América del Sur se habían suministrado hasta el jueves algo más de 36 millones de dosis, y en América Central y el Caribe, algo más de dos millones. (Tomado de La Diaria)