El presidente Donald Trump admitió públicamente, por primera vez, este jueves que no tendrá un segundo mandato, un día después de incitar a una turba que irrumpió en el Capitolio. Aunque no felicitó al presidente electo Joe Biden, reconoció que se realiza una transición de poder.
El mensaje pareció poner fin, por ahora, al falso y corrosivo intento de Trump por derrocar los resultados electorales. Lo que culminó en un violento intento de insurrección en el Capitolio el miércoles. Ahora bien, sus palabras no hablaron del papel de Trump en el fomento de esa violencia, ni incluyó un compromiso de cambiar su comportamiento. Pero, a 13 días de la toma de posesión de Biden, los comentarios del presidente en un video pregrabado equivalen a una concesión tan grande como es probable que ofrezca antes de que abandone la Casa Blanca para siempre.
«Una nueva administración tomará posesión el 20 de enero», señaló Trump en un video pregrabado en la Casa Blanca. «Ahora me enfoco en garantizar una transición de poder tranquila, ordenada y sin problemas».
Un asesor de la Casa Blanca, en conversaciones con altos funcionarios, dijo que Trump grabó el video solo porque su presidencia es amenazada por renuncias inminentes y un posible juicio político.
«Creo que el video se hizo solo porque casi todos sus altos funcionarios estaba a punto de renunciar y el juicio político es inminente», dijo el asesor.
«Ese mensaje y ese tono deberían haberse transmitido la noche de las elecciones. No después de que muriera la gente», agregó el asesor.
El reconocimiento de Trump sobre su derrota en las elecciones ocurre dos meses después del hecho. También, en medio de crecientes llamados para destituirlo del cargo o llevarlo a un nuevo juicio político. Adicionalmente, llega cuando surgieron interrogantes legales sobre la responsabilidad de Trump por incitar a la turba que invadió el Capitolio de Estados Unidos este miércoles.
El video fue publicado más de 24 horas después de los disturbios provocados por la turba de seguidores de Trump el miércoles. En su mensaje, Trump llamó «a sanar y reconciliarse». Además dijo que el país debe seguir adelante.
Pero también expuso erróneamente su papel en la activación de la Guardia Nacional para combatir a sus partidarios que irrumpieron en el Capitolio, a quienes solo un día antes llamó «especiales».
Las declaraciones de Trump fueron pronunciadas en un tono monótono y leídas desde un teleprompter. Por lo que se parecían poco a las del anuncio de este miércoles, en el que les dijo a sus seguidores en los disturbios: «Los amamos». Ese video, que fue grabado en el Jardín de las Rosas, fue más improvisado. Y no logró lo que muchos de sus asesores esperaban. Justamente, aplastar la violencia y las acusaciones de que el presidente la había incitado.
El video del jueves fue más serio, grabado en interiores y parecía muy editado. Trump demostró poca emoción al admitir que su tiempo como presidente estaba llegando a su fin.
«Ser su presidente ha sido el honor de mi vida», dijo rotundamente. «Y a todos mis maravillosos seguidores, sé que están decepcionados. Pero también quiero que sepan que nuestra increíble travesía apenas está comenzando».
Durante el miércoles por la noche y hasta el jueves, Trump enfrentó renuncias de altos funcionarios y esfuerzos acelerados entre los demócratas interesados en presentar nuevos artículos de juicio político.
Las conversaciones sobre invocar la Enmienda 25 también parecieron aumentar. Aunque el vicepresidente Mike Pence, cuya participación en tal esfuerzo sería necesaria, no ha discutido el asunto con los miembros del gabinete. Trump también parecía estar enfrentando posibles cuestiones legales sobre su papel en la incitación a la turba que irrumpió en el Capitolio.
Esos factores parecían contribuir a un enfoque totalmente diferente por parte de Trump. Precisamente, en el video del jueves, el presidente condenó las protestas en términos mucho más enérgicos que el miércoles.
«Los manifestantes que se infiltraron en el Capitolio han profanado la sede de la democracia estadounidense», dijo. «Para aquellos que participaron en actos de violencia e interrupción, no representan a nuestro país. Para aquellos que violaron la ley, pagarán». Aún así, Trump no se refirió a su propio papel en incitar la turba. Y continuó haciendo afirmaciones, aunque vagas, de que las elecciones presidenciales de 2020 se vieron empañadas por el fraude.
Durante la madrugada del jueves, Trump emitió una declaración en medio de la oscuridad de la noche en la que prometió una «transición ordenada». Mensaje que se produjo en parte para contener una ola de renuncias en el Ala Oeste y la administración en general, según una persona familiarizada con el asunto.
Las renuncias comenzaron este miércoles con la salida de la jefa de gabinete de la primera dama, el secretario social de la Casa Blanca, un subsecretario de prensa y el asesor adjunto de seguridad nacional de Trump, antes de que terminara noche. Otros funcionarios, dijeron fuentes a CNN, estuvieron considerando renunciar. Y un número creciente de líderes republicanos y miembros del gabinete dijeron a CNN este miércoles consideraban la destitución de Trump mediante un juicio político o la invocación de la Enmienda 25.
Pero, al menos una persona que se creía estaba considerando renunciar el miércoles ahora planea permanecer en el gobierno. El asesor de seguridad nacional Robert O’Brien dijo a sus asistentes que tiene la intención de permanecer en su puesto hasta que Trump deje el cargo. Aunque, añadió, sus planes todavía podrían cambiar dependiendo de cómo Trump se comporta mientras llega el día. El funcionario tomó su decisión antes de que Trump emitiera el comunicado.