Millones de personas en Estados Unidos se refugiaban este 26 de diciembre del frío gélido causado por una tormenta invernal que ha provocado la muerte de por lo menos 34 personas en diversas partes del país y que se prevé que cobre más vidas tras haber dejado a algunos habitantes encerrados en sus casas rodeados de nieve y cortado la electricidad a decenas de miles de viviendas y negocios.
La magnitud de la tormenta casi no tiene precedente: abarca desde los Grandes Lagos cerca de Canadá hasta la frontera con México.
Aproximadamente un 60 % de la población nacional está bajo algún tipo de advertencia climatológica y las temperaturas rondan muy por debajo de lo normal desde las Montañas Rocosas hasta los Apalaches, informó el Servicio Meteorológico Nacional.
Los expertos explicaron que se había producido una ciclogénesis explosiva, en la que la presión atmosférica cae muy rápido durante una tormenta, cerca de los Grandes Lagos, donde provocó ventiscas con nieve y vendavales. (La Voz de América)