El fin de las vacaciones a menudo nos deja una mezcla de sentimientos: por un
lado, la nostalgia de los días libres y, por otro, la ansiedad de enfrentar la
rutina nuevamente.
Este desafío, aunque común, no es insuperable. Las vacaciones, diseñadas
para el descanso y la desconexión, pueden también convertirse en una fuente
de estrés post-descanso si no gestionamos adecuadamente el regreso a nuestras
actividades cotidianas.
Aquí algunos consejos prácticos que pueden ayudarte a
hacer esta transición de manera más suave:
1. Planificación anticipada: Antes de concluir tus vacaciones, dedica unas
horas a planificar tu regreso. Esto incluye revisar y priorizar tareas, así como
establecer un horario realista para la primera semana de regreso.
Esta simple acción puede reducir significativamente la ansiedad pre-regreso.
2. Retorno gradual: Si es posible, reintégrate a tus actividades laborales o
académicas de manera gradual. Comienza con una carga más ligera y aumenta
progresivamente. Según un estudio de la Universidad de California, iniciar
con tareas menos demandantes ayuda a mejorar la gestión del tiempo y reduce
el estrés laboral.
3. Mantén un elemento vacacional: Incorpora actividades que disfrutaste
durante las vacaciones en tu rutina diaria. Si leíste más de lo habitual, trata de
mantener el hábito. Si disfrutaste de caminatas, encuentra momentos para
pasear. Esto no solo suaviza el impacto del regreso, sino que también
enriquece tu rutina diaria.
4. Cuida tu salud: Es común descuidar la dieta y el ejercicio durante las
vacaciones. Al volver, enfócate en reintegrar hábitos saludables.
5. Apoyo social: Comparte tus experiencias y sentimientos post-vacaciones
con amigos o colegas. Saber que otros enfrentan retos similares puede
proporcionar consuelo y nuevas ideas para manejar la situación.
El regreso de las vacaciones puede ser tan revitalizante como el descanso
mismo si se maneja adecuadamente. Con un poco de planificación y ajustes, la
transición de la libertad del descanso a la estructura del trabajo no tiene por
qué ser abrupta. Así, podemos comenzar cada nuevo ciclo con renovadas
energías y una perspectiva fresca, listos para enfrentar los desafíos que nos
esperan.
Si pasado cierto tiempo prudencial, todavía consideras que te está costando
más de lo normal retomar la rutina, tal vez sea el momento de reflexionar
profundamente acerca de tu propósito.
Recuerda: No llores porque terminó, sonríe porque sucedió.
Por Ismael cala
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