Monseñor Óscar Arnulfo Romero fue canonizado por el papa Francisco, con lo que ya es el primer santo de El Salvador. La ceremonia de canonización de San Romero de América, como será conocido a partir de ahora, se llevó a cabo la mañana del pasado domingo 14 de octubre en el Vaticano ante al menos 7.000 fieles provenientes del país centroamericano y de todo el mundo. Durante la misa de canonización de monseñor Romero el papa Francisco señaló que el ahora santo salvadoreño dejó su integridad para dar la vida a los pobres y que abandonó “la seguridad del mundo, incluso su propia incolumidad, para entregar su vida según el Evangelio, cercano a los pobres y a su gente, con el corazón magnetizado por Jesús y sus hermanos”. Monseñor Romero, nacido en 1917, fue asesinado de un disparo al corazón por un francotirador, el 24 de marzo de 1980, mientras oficiaba una misa en la capilla del hospital Divina Providencia, en San Salvador. Fue beatificado en mayo de 2015. Romero era considerado por el gobierno militar de aquel entonces como enemigo público por denunciar en sus homilías los abusos represivos del Ejército y la Guardia Nacional, que ejecutaban órdenes de la oligarquía que no quería que avanzaran ideales considerados comunistas. Romero también era crítico de los excesos de la guerrilla que secuestraba y asesinaba a militares y policías. El sacerdote decía no ser enemigo de nadie, pero advertía que quien estuviera en contra del pueblo estaba en contra de él. En 1978, se reunió con el papa Pablo VI, que también fue declarado santo este domingo junto a los religiosos Francisco Spinelli, Vicente Romano, María Catalina Kasper, Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús y al laico Nuncio Sulprizio. Foto cortesía.
15 de noviembre de 2024
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