El primer vuelo trasatlántico operado por la aerolínea Virgin Atlantic que utiliza solamente combustibles alternativos despegó del aeropuerto de Heathrow, en Londres, con destino al JFK, en Nueva York.
El vuelo, respaldado con financiación del Gobierno, se percibe como una manera de volar más verde gracias al llamado combustible sostenible de aviación (Saf), fabricado a partir de residuos y desechos de la economía circular (como grasa animal o aceite de cocina usado).
Este servicio de Virgin Atlantic, a bordo de un aparato Boeing 787, requerirá 50 toneladas de Saf en el que se han empleado dos tipos de combustible sostenible, un 88 % derivado de desechos de grasas y el resto procedente de desechos de la producción del maíz en Estados Unidos.
Tras un exhaustivo proceso de análisis y pruebas, la Autoridad de Aviación Civil del Reino Unido (organismo regulador) dio el visto bueno al vuelo, en el que han estado involucradas varias compañías, como el fabricante de motores Rolls-Royce y el gigante energético BP.
El ministro británico de Transporte, Mark Harper, dijo a la BBC que el uso de Saf «implica que se produce alrededor de un 70 % menos de emisiones de carbono que con los combustibles tradicionales», con lo que esto supone «un gran paso hacia adelante».
El titular admitió además que el combustible sostenible «no es la única solución» a la crisis climática pero sí «una medida realmente importante junto con otras tecnologías para asegurar que se puede volar y proteger el medioambiente».
Si bien la industria de la aviación es particularmente compleja a la hora de descarbonizarse, el Saf se percibe como la herramienta más efectiva en el sector para poder rebajar las emisiones.
Por el momento no existen en este país plantas comerciales dedicadas al Saf aunque el Ejecutivo se ha comprometido a comenzar la construcción de cinco para 2025.
El Gobierno de este país también planea requerir para 2030 que el 10 % del combustible de la aviación sea Saf.
Fuente: EFE
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