Miles de solicitantes de asilo siguen llegando a la ciudad de Nueva York desde estados fronterizos con México en autobuses en que los colocan las autoridades; muchos de ellos, según la Coalición de Desamparados, ya vienen con información de los albergues a los que deben dirigirse para encontrar vivienda y oportunidades. El problema es que están saturados.
Es una táctica que están llevando a cabo estados republicanos, como Texas y Arizona, en respuesta a las políticas de inmigración del presidente Joe Biden, enviando a los migrantes -en su mayoría latinoamericanos- a zonas más receptivas y, por supuesto, demócratas, como son los casos de Nueva York o del Distrito de Columbia, donde se ubica la capital del país, Washington DC .
Pero sus ilusiones en la Gran Manzana tropiezan con refugios sin camas, sin suficiente personal que hable español y sobrepoblados en un 12% más que en marzo pasado. (La Voz de América)