Los científicos debaten si los adultos hispanos, quienes tienen las tasas más altas de ciertos factores de riesgo para sufrir una enfermedad cardiovascular, son, a pesar de eso, menos probables a morir por esa afección que los adultos de raza blanca no hispanos. Es algo que los investigadores llaman la “paradoja hispana”.
Pero un nuevo estudio que durante dos décadas ha analizado las muertes causadas por problemas cardíacos y derrames cerebrales sugiere que no siempre es así.
La investigación, publicada el viernes en el Journal of the American Heart Association , si muestra una menor tasa de mortalidad en general por enfermedad cardiovascular para los adultos hispanos. Pero su análisis más profundo reveló una tasa creciente de mortalidad relacionada con derrames cerebrales para los hombres hispanos y los adultos hispanos mayores. También encontró que las tasas de mortalidad por insuficiencia cardíaca están aumentando más rápido entre los adultos hispanos más jóvenes.
“Esta información es muy útil en términos de planificación para los esfuerzos de prevención y para ofrecer tratamiento personalizado a grupos diversos”, dijo la autora principal, Dra. Erin Michos, directora adjunta de medicina preventiva y profesora adjunta de medicina en Johns Hopkins University en Baltimore.
Los adultos hispanos son uno de los segmentos de más rápido crecimiento en la población de EE. UU. Según la Oficina del Censo de Estados Unidos , se espera que lleguen a ser 111 millones para el 2060. La investigación demuestra que ellos también tienen tasas desproporcionadamente altas de ciertos factores de riesgo para sufrir una enfermedad cardiovascular, tales como presión arterial alta, colesterol alto y diabetes. Algunas investigaciones anteriores sobre la denominada paradoja hispana sugieren que, a pesar de eso, ellos corren un menor riesgo de morir por una enfermedad cardiovascular que los adultos de raza blanca debido a factores como un apoyo familiar y social más sólido.
Pero, dijo Michos, “cuando analizamos con mayor detalle los tipos de enfermedad cardiovascular, observamos disparidades. Nuestros datos no apoyan la paradoja hispana”.
Las personas de etnicidad hispana pueden ser de cualquier raza, y Michos y su equipo analizaron actas de defunción en la base de datos federales entre 1999 y el 2018 para comparar a los hispanos y a gente de raza blanca no hispana en los 50 estados y el Distrito de Columbia. Observaron 10 tipos diferentes de muertes relacionadas con la enfermedad cardiovascular, incluida la enfermedad cardíaca isquémica (causada por arterias estrechas), insuficiencia cardíaca, derrame cerebral, enfermedad cardíaca hipertensiva (relacionada con la presión arterial alta crónica) y otros problemas relacionados al corazón.
La tasa de mortalidad en general causada por enfermedades cardiovasculares era más baja para los hispanos que para los adultos de raza blanca no hispanos, con 186,4 muertes por cada 100.000 personas, en comparación con 254,6. Las tasas de mortalidad también disminuyeron más rápido entre los adultos hispanos que en los adultos de raza blanca, bajando un 2,9% al año, en comparación con un 2,4%.
Pero al observar más de cerca los subtipos de enfermedades cardiovasculares se reveló una historia distinta.
Entre 1999 y el 2011, las tasas de mortalidad por derrame cerebral disminuyeron a un ritmo más lento para los adultos hispanos, y después empezaron a subir. Después del 2011, las tasas de mortalidad por derrame cerebral en general aumentaron para los adultos hispanos a una tasa del 0.79% al año, principalmente entre los hombres, mientras que se mantuvieron estables para los hombres y mujeres de raza blanca.
Al examinar la edad, las tasas de mortalidad por derrame cerebral en años más recientes aumentan solo entre los adultos hispanos mayores de 65 años, mientras que el aumento entre los adultos de raza blanca solo ocurrió en los menores de 65 años.
Los adultos hispanos menores de 65 años también tuvieron un aumento más rápido en las muertes por insuficiencia cardíaca. En todas las edades, las muertes por insuficiencia cardíaca se aceleraron con más rapidez en los hombres hispanos que en los hombres de raza blanca.
La Dra. M. Carolina Gongora, cardióloga en Emory Heart and Vascular Center en Atlanta, dijo que el impacto desproporcionado en los hombres hispanos podría deberse a una mayor renuencia a buscar atención médica.
“Los hombres buscan atención médica a menores porcentajes que las mujeres, y en la población hispana esto se observa con más frecuencia”, dijo Góngora, quien no participó en el estudio. “Ellos no consultan con un médico tan seguido y no dan seguimiento tan bien como las mujeres”.
Pero en su experiencia, una vez que los adultos hispanos accedieron al sistema de atención médica, ellos siguen más fielmente el tratamiento de atención recetado. Eso, dijo ella, puede ayudar a explicar por qué tienen mejores resultados de salud cardiovascular en general.
El estudio no analizó las causas de las disparidades en las tasas de mortalidad. Y debido a que los datos provinieron de actas de fallecimiento, los autores señalaron que no pueden analizar mayores datos por etnicidades individuales para ver cómo las tasas de mortalidad pueden diferenciarse entre los adultos mexicoamericanos, puertorriqueños, cubanos o sudamericanos.
Góngora dijo que dividir los datos por etnicidad es importante debido a las diferencias culturales, como los patrones de alimentación y de ejercicio, lo que podría afectar la mortalidad.
Analizar los datos por etnicidad también puede ser útil para formar esfuerzos de prevención más enfocados, dijo Michos.
“Si agrupas a la gente y simplemente ves la tasa de mortalidad en general, la cual es más baja en los hispanos que en los adultos no hispanos”, dijo ella, “eso podría llevar a conclusiones anomalías ya demoras en la prevención para los subgrupos hispanos de alto riesgo, así como a acumular los ya desfavorables factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares en estas poblaciones”.
Fuente: American Heart Association News