Baltimore, MD. Feb. 08, 2024.
La misión PACE de la Nasa y la empresa SpaceX, que durante los próximos años profundizará en el estudio de la atmósfera y de los océanos, despegó con éxito desde el Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral (Estados Unidos).
A las 6:33 horas GMT el cohete Falcon 9 despegó desde la base espacial y fue completando con éxito todas las fases que tenía programadas -entre ellas las más críticas, el desprendimiento del satélite del cohete y el despliegue de los paneles solares- durante la siguiente media hora.
El administrador de la Nasa, Bill Nelson, felicitó al equipo implicado en la misión, y celebró que la incorporación de PACE a la flota de satélites de observación de la Tierra «nos ayudará a aprender, como nunca antes, cómo las partículas en nuestra atmósfera y nuestros océanos pueden identificar factores clave que impactan en el calentamiento global», informó la administración espacial en una nota de prensa tras comprobar el exitoso lanzamiento.
El valor de los datos que reporte PACE «se disparará» cuando se combinen con los de otras misiones de observación de la Tierra «y dará paso a una nueva era de la ciencia oceánica», manifestó Karen Germain, directora de la División de Ciencias de la Tierra de la Nasa.
La misión PACE (acrónimo inglés para Plancton, Aerosoles, Nubes y Ecosistemas Oceánicos) utiliza una tecnología sin precedentes que permitirá ampliar las observaciones globales por satélite de la NASA del océano, los aerosoles atmosféricos y las nubes, e iniciará un conjunto avanzado de registros de datos relevantes para el clima.
Está previsto que los datos de la misión de la Nasa ayudarán a comprender mejor cómo el océano y la atmósfera intercambian dióxido de carbono.
Además, revelarán cómo los aerosoles pueden impulsar el crecimiento del fitoplancton en la superficie del océano, y los responsables de la misión han reiterado durante las últimas semanas su convicción de que la información que reporte PACE redundará en beneficio de la economía y de la sociedad.
Ayudará, por ejemplo, a identificar el alcance y la duración de las floraciones de algas nocivas en los océanos, y ampliará las observaciones a largo plazo de la NASA sobre la Tierra.
El nuevo satélite medirá la luz emitida por la Tierra -su «radiancia»- en la parte superior de la atmósfera, una señal que incluirá todo lo que se encuentre por debajo, por lo que será labor de los científicos discernir las contribuciones de la atmósfera y las del océano.
Fuente: EFE
Imagen crédito: CRISTOBAL HERRERA