Cinco meses después de que el gobierno de Biden declarase una emergencia y se apresurase a habilitar refugios para alojar a una cifra récord de menores migrantes que cruzaban solos la frontera entre México y Estados Unidos, los niños seguían haciendo largas estancias en los centros mientras continuaban las llegadas, según activistas de bienestar infantil.
Más de 700 niños llevaban tres semanas o más en los centros sin licencia del gobierno a mediados de julio, según declaraciones presentadas ante una corte federal que supervisa las condiciones de alojamiento para jóvenes inmigrantes. Los activistas afirman que los niños deberían ser liberados rápido para quedarse con familiares en Estados Unidos o enviados a un centro con licencia. (Dallas News)