Stephanie Peditto, CEO Maryland Patient Safety Center.
¿De qué trata esta iniciativa y cómo está beneficiando al personal de salud y a la comunidad?
Stephanie: La violencia en el lugar de trabajo dentro del sector salud ha ido en aumento durante años, incluso antes del COVID, pero se ha agravado significativamente desde la pandemia. Los trabajadores de la salud tienen cinco veces más probabilidades de experimentar violencia laboral que los profesionales de cualquier otra industria. La mitad de las enfermeras reportan haber sufrido violencia física, y dos tercios han sido víctimas de abuso verbal. Dos tercios de los médicos de urgencias han sido agredidos.
Esta iniciativa no trata de demonizar a nadie—pueden existir problemas de salud mental u otros factores subyacentes. En cambio, se trata de humanizar a los trabajadores de la salud y reforzar la idea de que la violencia y el abuso verbal no son parte de su trabajo. Son personas reales, con familias, que trabajan arduamente para brindar atención. Nuestro mensaje es que el respeto y la seguridad deben fluir en ambas direcciones.
La campaña también busca aumentar la conciencia entre los legisladores. Necesitamos mejores protecciones y, posiblemente, mayores sanciones para quienes ejerzan violencia contra los trabajadores de la salud. No se trata solo de seguridad, sino de mantener a los profesionales en el campo. Muchos están abandonando la profesión debido al agotamiento y la violencia, lo que ha generado una crisis de escasez de personal que afecta la atención a los pacientes.
¿Cómo afecta la violencia laboral a la atención al paciente y a la seguridad general en los centros de salud?
Stephanie: Cuando los trabajadores de la salud sufren violencia, esto provoca ansiedad, depresión y agotamiento. Y esto ocurre en un momento en el que ya enfrentamos una escasez de personal, lo que hace que la retención sea aún más difícil. Además, la violencia en el lugar de trabajo genera entornos inseguros, aumentando el riesgo de eventos adversos para los pacientes.
No solo afecta al trabajador—también impacta a los pacientes, sus familias y a otros miembros del personal. Imagina una sala de emergencias donde acaba de ocurrir una agresión. El efecto dominó es inmediato y generalizado.
¿Qué iniciativas ha implementado el Maryland Patient Safety Center para abordar este problema?
Stephanie: Nuestra campaña de relaciones públicas es nuestra iniciativa más grande y visible. Pero también nos enfocamos en programas que apoyan al personal de salud, como “Cuidando al Cuidador”, entrenamientos de resiliencia y programas de apoyo post-crisis. Además, brindamos educación sobre cultura de seguridad y estrategias para prevenir la violencia en el lugar de trabajo. Sin embargo, no somos responsables directos de hacer cumplir medidas de seguridad, como detectores de metales o equipos de desescalada. Nuestro enfoque está en cambiar percepciones y respaldar a quienes trabajan en el campo.
¿Cómo pueden las organizaciones de salud promover una cultura de respeto y comunicación abierta en entornos de alto estrés?
Stephanie: No existe una solución única para todos. La alta dirección y las juntas directivas deben reconocer este problema y demostrar su apoyo mediante programas organizacionales, controles de bienestar del personal e iniciativas de resiliencia. Además, se necesitan recursos como capacitación, dotación de personal adecuada y estrategias de desescalada. Los trabajadores de la salud necesitan tanto apoyo psicológico como medidas de seguridad física para poder desempeñarse de manera óptima.
¿Existen esfuerzos legislativos para reducir la violencia laboral contra los trabajadores de la salud?
Stephanie: Lamentablemente, no existen leyes federales o estatales que protejan específicamente a los trabajadores de la salud contra agresiones o intimidación en el trabajo. A nivel federal, está la Ley SAVE (House Bill 2584 y Senate Bill 2768), que proporcionaría protecciones similares a las que tienen las tripulaciones de vuelo y el personal aeroportuario, pero no incluye a los trabajadores de la salud.
A nivel estatal, Maryland ha propuesto la Ley Sacred Spaces para proteger a los trabajadores en hospitales y escuelas, pero aún no ha sido aprobada.
A pesar de las estadísticas, los legisladores han sido reacios a aumentar las sanciones por violencia contra los trabajadores de la salud, en gran parte debido a preocupaciones sobre la salud mental y otros factores sistémicos. Sin embargo, la legislatura de Maryland reconoció el problema y financió nuestra campaña de relaciones públicas en 2022 como una alternativa a la acción legal inmediata.
¿Qué papel juega esta campaña de relaciones públicas en la promoción de legislación?
Stephanie: Se ha demostrado que las campañas de relaciones públicas funcionan, pero deben mantenerse en el tiempo. Cambiar la percepción pública es el primer paso para generar impulso legislativo. Al aumentar la conciencia y humanizar a los trabajadores de la salud, esperamos cambiar la opinión pública y alentar a los legisladores a tomar medidas más firmes.
Esta campaña no es solo sobre mensajes—es sobre defensa y activismo. Si seguimos mostrando el impacto real de la violencia en el lugar de trabajo, podemos construir un caso más sólido para lograr protecciones legales y financiamiento.
Si dependiera de usted, ¿cuál sería el siguiente paso?
Stephanie: Necesitamos financiamiento continuo para esta campaña de relaciones públicas y esfuerzos adicionales para garantizar que las protecciones de seguridad se conviertan en ley. La concienciación pública es solo el comienzo. También necesitamos que los legisladores den el siguiente paso, ya sea mediante el aumento de sanciones, la asignación de más recursos a los centros de salud o la implementación de protecciones más amplias a nivel estatal y federal.
Este problema no va a desaparecer por sí solo. Debemos actuar ahora para proteger a nuestra fuerza laboral en el sector salud.
Entrevista por: Mariel Salazar.