Todos en un momento dado nos sentimos solos, pero de hay de soledad a soledad. Existe la soledad acompañada, esa que aunque estemos rodeados de gente, aún así nos sentimos solos. También está la soledad de los que están solos fisicamente, donde pueden pasar un día entero y no haber cruzado palabra con nadie. En realidad la soledad es un estado de percepción, de cómo nos sentimos independientemente de lo que nos rodea. En sí, depende de la calidad de las relaciones y no de la cantidad.
La soledad afecta nuestra salud física
Estudios muestran que la soledad nos lleva a enfermedades físicas, como enfermedades cardiovasculares o el cáncer. La gente sola se siente peor con cualquier enfermedad. Un estudio en la Universidad de Houston mostró como la gente que se percibe sola, reportó que los síntomas de gripa eran más fuertes que en aquellas personas que al contrario, se perciben como gente conectada con otros, ya sea con su comunidad, familia o amigos. Más alarmante que una gripa es que la soledad aumenta la probabilidad de muerte en un 45%, nos baja las defensas y nos enfermamos más seguido.
La soledad afecta nuestra salud mental
Sentirnos solos suele llevarnos a una depresión, pero la soledad es también un síntoma de la depresión. Es como si la depresión se alimentara del aislamiento, nos quita las ganas de salir y de disfrutar. A largo plazo, la soledad nos puede llevar a tener demencia en un 64% y abusar del alcohol porque la persona lo usa como un escape para no sentirse solo.
Usted puede combatir la soledad
• Salga y hable con extraños. Aún esa platica corta cuando andemos de compras lo hará sentir mejor.
• Aplique la regla de los 7 minutos: si le das más de 7 minutos a una conversación, la gente tiende a abrirse.
• Tenga contacto cara-a-cara.
• Llame por teléfono, hable con aquellos que hace tiempo no llama.
• Use las redes sociales de manera inteligente. Comente y conecte. Si empieza a sentir celos por las vidas “maravillosas” de otros, dense un descanso.
• Conozca a sus vecinos.
• Coma con alguien. Comer juntos nos ayuda a sentirnos unidos a otros.
• Haga voluntariado: en su iglesia, en un museo, en una organización de caridad, en un refugio de animales.
• Hable acerca de cómo se siente. Hable con un terapeuta, un amigo, escriba en un diario o en un blog, pero no se quede con sentimientos de soledad almacenados.
Nadie tiene por qué estar solo, dese el tiempo de compartir y lo mejor que tiene para compartir es usted mismo.
Por Gabriela Romo
gaby@gabrielaromo.com
Psicóloga y Anfitriona de radio
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