A pesar de que Texas también viene implementando medidas contra la inmigración irregular, en este estado del sur de Estados Unidos se da una gran aceptación de este tipo de mano de obra, en contraste con lo que sufren miles de extranjeros que se han visto imposibilitados de trabajar en Florida debido la promulgación de una nueva ley hace pocos meses.
“Los tejanos, como el resto de Estados Unidos, están pasando por un proceso de envejecimiento, por lo que hemos visto una caída en el porcentaje de personas en la edad pico de la fuerza laboral. Creo que la población nacida en el extranjero entró y llenó el vacío de nuestra escasez de mano de obra”, explicó a la Voz de América Helen You, Vocera del Centro de Demografía de Texas.
Los trabajos, ya sean formales o informales, mantienen activa la economía de Texas, la segunda más grande del país después de California y que se apoya de manera significativa en la mano de obra inmigrante, muchos de ellos indocumentados.
“Hay migrantes de todos los países y yo creo que todos hacemos la gran diferencia”, dijo a la VOA, la mexicana Carolina Vélez, quien trabaja y reside en Texas.
En contraste, en el estado de Florida, el gobernador Ron DeSantis promulgó en Mayo la ley del Senado 1718, considerada la más restrictiva de todo el país en materia migratoria, al obligar a los empleadores a usar la planilla electrónica E-Verify, que sirve para comprobar el estatus legal de los trabajadores, así como la imposición de sanciones para quienes incumplan esta medida, al tiempo que promete cerrar el paso al tráfico humano. Esta ley entró en vigor el 1 de julio.
Los gobiernos locales ahora están impedidos de expedir tarjetas de identificación a extranjeros que entren ilegalmente y se exige a los centros sanitarios el compilar datos de los mismos.
En caso de que las autoridades intercepten empleados sin papeles, la empresa se enfrentaría a multas de hasta 1.000 dólares diarios, según la proclama.
Activistas pro-inmigrantes advirtieron que se estaba produciendo un éxodo de migrantes hacia otros puntos del país.
“Eso es terrible, la gente está muy preocupada e incluso están moviéndose del estado porque esta ley es cruel”, decía a la VOA el pasado mes de Julio Yanet Galvis, activista de la Coalición de Inmigrantes de la Florida, una organización que aboga por los derechos de los inmigrantes en el estado del Sol.
En similar sentido se expresó el representante estatal Rick Roth durante un evento con pastores del sur de la Florida: “Se han comenzado a mudar a Georgia y a otros estados, por lo que es urgente que hablen con su gente para convencerlos de que tienen recursos”.
Fuente: La Voz de América
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