La Artritis Reumatoide (AR) es una enfermedad crónica, inflamatoria y sistémica de causa autoinmune, que da cuenta que nuestro sistema inmune no está trabajando de manera ordenada. No sólo produce una inflamación en las articulaciones -especialmente en manos, pies, rodillas, y cuello- sino que también afecta a órganos vitales, deteriora la calidad de vida, reduce la autonomía y afecta el aspecto físico, psíquico y emocional de la persona si es que no recibe un abordaje integral y personalizado.
Durante mucho tiempo esta patología se asoció al envejecimiento, pero con el tiempo y el avance de la ciencia médica se ha ido demostrando que la artritis se puede presentar a cualquier edad. No siempre son los mayores quienes padecen esta patología, sino que incluso puede presentarse en niños “artritis idiopática juvenil”. En el caso de los adultos, la edad de mayor prevalencia es entre los 20 y 45 años, siendo las mujeres las más propensas a desarrollarla.
El diagnóstico de la Artritis Reumatoide se realiza a través de una evaluación clínica en pacientes que refieren dolor bilateral en manos, pies, cuello o rodillas, asociado a sensación de rigidez o entumecimiento de las articulaciones durante las mañanas, las que demoran un buen tiempo en desaparecer (hasta horas) junto con señales de cansancio o fatiga sin explicación alguna, las que sin duda van influyendo y deteriorando la calidad de vida.
Datos Importantes
• La artritis reumatoide es el tipo más común de artritis autoinmune. Se produce cuando el sistema inmunitario (el sistema de defensa del cuerpo) no funciona de forma apropiada. La artritis reumatoide (AR) causa dolor e inflamación en la muñeca y pequeñas articulaciones de la mano, cuello, rodillas o pies.
• Los tratamientos para AR pueden detener el dolor y la hinchazón de las articulaciones. El tratamiento también previene el daño articular. El tratamiento temprano dará mejores resultados a largo plazo.
• Los ejercicios periódicos de bajo impacto, como caminar, pueden aumentar la fuerza muscular. Esto mejorará su estado de salud general y reducirá la presión sobre sus articulaciones.
• Hay estudios que demuestran que las personas que reciben tratamiento temprano para la AR se sienten mejor más rápido y con más frecuencia, y tienen más probabilidades de llevar una vida activa. También son menos propensos a sufrir el tipo de daño en las articulaciones que conduce a un reemplazo articular.
• Es importante conseguir la ayuda de un reumatólogo, un médico que trata la artritis y las enfermedades autoinmunes. Hay enfermedades que pueden confundirse con la AR. Es importante obtener el diagnóstico correcto sin que se realicen pruebas innecesarias. Un reumatólogo lo ayudará a encontrar el mejor plan de tratamiento para su enfermedad.
La buena noticia es que el panorama ha mejorado para muchas personas con diagnóstico reciente (detectado) de AR. Por supuesto, la AR sigue siendo una enfermedad grave, y que puede variar ampliamente en cuanto a los síntomas (lo que siente) y los resultados. Aun así, los avances terapéuticos han permitido detener o al menos retardar la progresión (empeoramiento) de daño de las articulaciones. Los reumatólogos tienen ahora muchos nuevos tratamientos que apuntan a la inflamación que causa la AR. También entienden mejor cuándo y cómo utilizar los tratamientos para conseguir los mejores efectos.