El 23 de mayo, Nueva York puso fin a un mito que pervivió en la cultura popular durante décadas en cómics, fotos, cine y televisión.
Ante la prensa, las autoridades municipales y el presidente (equivalente a alcalde) del barrio de Manhattan, Mark Levine, hicieron desmontar y colocar en un camión la última “booth” con dos teléfonos, que había estado durante años situada en la esquina de la 7ª avenida y la calle 50, en el centro de la Gran Manzana, marcada por el logo de campana azul de la empresa de telecomunicaciones Bell System.
“Estuve ahí hoy para el último adiós del famoso –¿o vergonzoso? — teléfono de pago de NYC. No echaré de menos su falta de tono pero tengo que reconocer que he sentido un nudo en el estómago nostálgico al verlo partir”, escribe Mark Levine en Twitter.
El demócrata dijo que realmente no echa de menos la época en la que estos teléfonos funcionaban una de cada dos veces, donde había que rebuscar en los bolsillos una moneda de un cuarto (25 céntimos) o hacer fila para llamar en plena calle a la vista de los transeúntes. (El Comercio)