El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades ha advertido que el fentanilo mata a unas 150 personas por día en Estados Unidos y 70 mil mueren al año por su adicción.
En tal sentido, el presidente Joe Biden ha mostrado recientemente su compromiso en la detección de la producción, venta y tráfico de este potente analgésico en la frontera con México. Propone inspeccionar más paquetes en busca de drogas e imponer fuertes sanciones.
“Lancemos un gran esfuerzo para detener la producción, la venta y el tráfico de fentanilo, con más máquinas de detección de drogas para inspeccionar la carga y detener las pastillas y el polvo en la frontera”, dijo Biden en su discurso sobre el Estado de la Unión.
Además de una droga ilegal, el fentanilo es un fármaco que se receta a pacientes con dolores intensos, especialmente después de una operación quirúrgica. Sirve para tratar enfermedades como el cáncer y se puede administrar con una jeringuilla, así como también a través de un parche o pastillas.
Cuando se trafica con ella tiene un formato muy diferente. Se suele vender en forma de polvo, vertido en gotas, en envases de gotas para los ojos, rociadores nasales o en pastillas, señalan desde la institución estadounidense National Institute on Drug Abuse. Actúa en nuestro cerebro igual que la heroína y la morfina. Es decir, sobre las áreas que controlan el dolor y las emociones. Esto hace que, una vez el cerebro se ha acostumbrado a la droga, sea difícil sentir placer con otra cosa que no sea la droga. En caso de sobredosis, el fentanilo puede provocar una hipoxia, falta de oxígeno en el cerebro, y con ella un estado de coma o la muerte.
Foto: DEA