“Nuestros sabores
son divertidos”
Poco más de un año le ha tomado a Alma Cocina Latina posicionarse como un “must” en la escena culinaria local, y al chef ejecutivo, Enrique Limardo, demostrar su talento al ser nombrado mejor nuevo chef por la revista Baltimore Magazine.
Ya no se trata de presentarle la arepa al público de aquí; ya la conocen, y poco a poco se han ido enamorando de ella. Esto es evidente al pasar por la zona del Can Company un sábado en la noche, y ver la línea de personas esperando por sentarse a una mesa.
“El equipo ha sido una parte fundamental del éxito que hemos tenido”, advierte el cocinero. En esta entrevista descubrimos cuáles han sido las claves del éxito a los ojos del venezolano que se propuso interpretar los sabores de su país.
¿Cuántos platos sirven al día?
Tenemos 165 sillas, más otras 20 en el bar, son 185 puestos; hacemos alrededor de 250 cubiertos por noche, y siempre se llena, sobretodo viernes y sábado. Los sábados la gente puede llegar a hacer una espera de hasta una hora y media antes de sentarse.
¿A qué se debe el éxito que han alcanzado en Alma Cocina?
Nos tomó por sorpresa el hecho de que los norteamericanos se tomaran tan bien la propuesta gastronómica que ofrecemos. En principio pensábamos que sería más para el público latino, pero estamos muy sorprendidos porque el 95% de nuestra clientela es americana, y los sabores los han asimilado tan bien que hay gente muy regular que frecuenta el restaurante dos o tres veces a la semana, y siempre están a la expectativa de las novedades del menú. Esto ha sido una gran alegría para nosotros.
¿Han descubierto la comida venezolana?
Yo pienso que sí. Yo me he sentado en la puerta del establecimiento y he escuchado los comentarios de la gente: “arepa is better than sándwich”, ja,ja,ja. Me siento muy orgulloso de eso.
¿Por qué cree que ha calado tanto?
La cocina venezolana es una cocina muy mestiza y llena de sabores. Es una explosión súper intensa de sabores, donde encuentras salado, dulce, ácido y picante al mismo tiempo. Además es divertida como lo somos los venezolanos, que ponemos el sentido del humor en todo, y eso se refleja en la cocina: felicidad, gozo, alegría y libertad.
Creo que así como lo ha tenido la mexicana y la peruana, ahorita es un momento muy importante para la gastronomía venezolana. Tal vez sea por la inmigración tan grande que ha habido, en la que cada venezolano que sale del país lo primero que se lleva es la arepa y sus sabores.
¿Y qué se trajo usted de su país?
Por mis venas corre el papelón, el ají dulce, el cilantro, el humor, las playas.
¿Y eso se ve reflejado en el menú?
Exactamente. Por eso cada día trato de recuperarlo y mantenerlo allí presente, que la gente lo entienda y que nos vea, por lo menos de mi parte, a través de la comida.
Motivación
¿Qué ha significado para usted haber sido seleccionado como el mejor nuevo chef de Baltimore?
Para mi es pura motivación. Es como decir le echamos gasolina al motor y seguimos adelante.
¿Qué han aportado ustedes con su experiencia a los sabores de su país?
Nos sentamos y hacemos una reflexión profunda de qué es lo que queremos expresar en cada plato. Hay mucha profesionalidad detrás de cada paso con que elaboramos cada receta.
No es sólo que sea una alta cocina. Es un mix único, porque podemos servir un plato muy elaborado, como los raviolis de pastel de chucho, por ejemplo, y luego al lado de ese comensal alguien se está comiendo una arepa.
¿Tiene algún proyecto a futuro?
Hay unos proyectos en Washington DC, con el desarrollo de unos restaurantes latinos allí, y en el futuro también hemos pensado en una pastelería que sea una mezcla de pastelería caribeña y francesa. Pero esto será para el año que viene, porque por ahora estamos muy ocupados en Alma y casi no tenemos tiempo para nada más.