Mark Gaither es el director de la principal escuela elemental de Baltimore donde se enseña el inglés como segundo idioma, y el 80% de sus estudiantes son hispanos. En esta institución se ha hecho de la integración una bandera, que no solamente se aborda desde una perspectiva educativa sino especialmente comunitaria, una bella labor que ha sido reconocida recientemente por las autoridades de la región.
“Recientemente recibimos un par de reconocimientos. El primero fue el Community School Award of Excellence, uno de los cinco premios nacionales de excelencia, por nuestra aplicación de la Estrategia Escolar Comunitaria. Este es premio que otorga la Coalición para Escuelas Comunitarias a las escuelas de todo el país, que trabajan en ayudar a las familias a superar las barreras para el aprendizaje y desarrollo que no son académicas, como el hambre, la pobreza, la salud y la vivienda”, señaló Gaither.
“Wolfe Street se centra en gran medida de estos temas porque reconocemos que para que los estudiantes sean capaces de aprender necesitan tener las necesidades satisfechas y sus derechos humanos básicos”, agregó.
Con más de 10 años a cargo de WSA, no son pocos los retos que ha debido afrontar el director. “Descubrimos que hay un porcentaje de padres que no saben leer y escribir ni en su propio idioma”, señaló.
¿Qué porcentaje de sus estudiantes son de origen hispano?
80% de nuestros estudiantes hablan español en su casa.
¿Cómo hacen en Wolfe Street Academy para integrar su cultura con el plan de estudio y la cultura norteamericana?
Todos los años tenemos diferentes celebraciones con las que honramos la herencia hispana de nuestros estudiantes. Por ejemplo, en otoño hacemos un festival cultural en que las familias traen comida típica de sus países de origen y trajes tradicionales. También desde hace muchos años venimos celebrando el Día de los Muertos; durante nuestro festival de primavera organizamos presentaciones de danza folklórica, con decoraciones hechas por los padres que son parte de sus culturas, como papelillos, piñatas y otras manualidades en las que también participan miembros de nuestra institución.
¿Qué herramientas utiliza para ayudar a los niños que no dominan el inglés a superar la berrera del idioma, para que no afecte su rendimiento escolar?
Tenemos un importante número de personal de nuestra institución que habla español, y aunque sólo enseñamos en inglés, cuando es necesario estas personas pueden comunicarse con los niños más pequeños y ayudarlos a entender.
Por otro lado, nuestros niños cuando están en los espacios comunes, en la cafetería, el campo de juego, se comunican entre ellos en ambos idiomas de manera muy natural. Es maravilloso ver cómo los niños hispanos incluyen a los no hispanos y viceversa.
Hemos escuchado que también hay niños que hablan mixteco, un dialecto mexicano.
Si. La primera vez que supimos sobre esas familias, hace unos dos años, no querían admitir que lo hacían porque pensaban que no era algo bueno. Así que en la escuela buscamos a personas que pudieran hablar los tres idiomas, español, inglés y mixteco, y comenzamos a trabajar con ellos para ayudarlos y hacerles sentir que también eran parte de nuestra comunidad. Es una manera de reconocer sus lenguas maternas, y al mismo tiempo enseñarles inglés.
Es muy importante para nosotros que los niños no olviden sus lenguas maternas porque son parte de sus raíces, y queremos hacer que practiquen y desarrollen sus idiomas, al mismo tiempo que el inglés. Una forma de ayudarlos es proveerlos de libros bilingües, de manera que los padres puedan leerles a sus hijos en su lenguaje natal.
“Hemos descubierto en los últimos dos años que tenemos una creciente población de familias que hablan mixteco”
¿Hay algún programa dirigido a los padres?
Tenemos un programa de inglés para padres, pero también descubrimos que hay un porcentaje que no sabe leer ni escribir ni siquiera en su propio idioma, así que desarrollamos un programa de alfabetización para adultos en español.
Adicionalmente, tenemos clases sobre cómo criar a los hijos que son impartidas en español, de manera que los niños más pequeños, de bebes a los 3 años, pueden beneficiarse de una educación temprana. También asistimos a los papás en otras cosas como a hacer trámites para acceder al servicio médico, hacer citas, y nos aseguramos de que tengan suficientes alimentos.
Básicamente intentamos ayudar a nuestras familias a beneficiarse de una serie de cosas para que puedan hacerse más fuertes. Nuestra estrategia de acercamiento es lo que en Baltimore llamamos Community School Strategy, y lo que hacemos es ayudar a las familias a preparar a sus hijos para la escuela.
¿Conoce cuál es el porcentaje de sus estudiantes que han llegado a la universidad?
Una vez que nos dejan es muy difícil para nosotros hacerles seguimiento, así que no conocemos esa cifra.
Partiendo de su experiencia como docente en una escuela con mayoría hispana, ¿cómo ha visto la inmigración latina en Baltimore en los últimos 5 años?
La población hispano/latina en Baltimore esta creciendo muy rápido. Por decir un ejemplo, cuando yo comencé aquí hace 10 años, éramos la primera de las pocas escuelas que ofrecía el servicio de enseñanza del inglés como segundo idioma, y la escuela que nos seguía tenía sólo diez estudiantes anotados en esta modalidad, pero hoy en día tienen cerca de 200. Nosotros mismos en Wolfe Street pasamos de un 70% a un 80% de población hispana, lo que nos dice que ha crecido fuertemente la comunidad, y eso también lo podemos ver en toda la ciudad en general.
¿Qué percepción tiene de los aportes que podrían hacer sus estudiantes como profesionales a la sociedad?
Viendo a los niños crecer y moverse a la escuela intermedia, es maravilloso observar cómo cada día toman más responsabilidades, y una de sus metas es lo que llaman el Dream Act, un camino que los lleva a la ciudadanía, y se miran a sí mismos como personas capaces de lograrlo.
Nosotros frecuentemente hablamos a nuestros estudiantes sobre ir a la universidad y las diferentes opciones de carreras que tienen, y una de las cosas más increíbles es que en Wolfe Streets los niños creen en sí mismos, también sus padres creen en ellos, y ese es un factor que aumenta la posibilidad de que tengan un gran futuro.