DESDE EL CONSULADO
Juan Carlos Mendoza Sánchez
Titular de la Sección Consular de la Embajada de México en Washington
Durante el periodo 2006-2012 México vivió una de las eras más dramáticas de su historia moderna porque la guerra contra el crimen organizado no sólo significó la pérdida de vidas humanas, sino que provocó un clima de inseguridad en varios municipios de algunos estados del país.
La consecuencia fue un deterioro de la imagen internacional de México. El actual gobierno de México, considera que la atención de los rezagos sociales es también una tarea inevitable. Por eso, en materia de seguridad el uso legítimo de la fuerza del Estado ha ido acompañado de políticas de prevención social que atienden las causas de fondo que provocan violencia y delincuencia.
El Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia creó oportunidades de empleo y alternativas productivas para que los jóvenes puedan desarrollarse personal y profesionalmente en el marco de la legalidad. Asimismo, garantiza la permanencia de alumnos en el sistema escolar y estimula la sana convivencia; protege y empodera a las mujeres para que ejerzan plenamente sus derechos; construye y rehabilita espacios públicos y mejora condiciones de vivienda para generar entornos comunitarios que favorezcan la cohesión social, la participación ciudadana y la percepción de seguridad; y brinda opciones de vida sanas, crea redes de apoyo comunitario y promueve alternativas al encarcelamiento para dar atención integral y evitar la criminalización y reincidencia de los jóvenes con problemas de adicciones.
Esta estrategia ya brindó sus primeros resultados positivos. El Sistema Nacional de Seguridad Pública registra los siguientes avances: entre 2012 y 2014, el número total de homicidios dolosos en México descendió 27.9% pasando de 21,736 incidentes registrados en 2012 a 15,653 homicidios registrados en 2014; durante el primer trimestre de 2015, se registraron 3,853 homicidios dolosos a nivel nacional, 5.8% menos que los registrados durante el primer trimestre de 2014 cuando se registraron 4,089 homicidios.
A su vez, la tasa de extorsiones por cada 100 mil habitantes a nivel nacional disminuyó 22.5%, pasando de 6.22 a 4.82 casos de 2012 a 2014, respectivamente; la tasa de robo de vehículo con violencia a nivel nacional disminuyó en casi 25%, al pasar de 53.3 a 40 robos por cada 100 mil habitantes.
Esos avances en materia de seguridad ayudaron a mejorar la imagen internacional del país, lo cual combinado con una eficiente promoción turística significó que en 2014, más de 29 millones de extranjeros visitaran México; casi cinco millones más que en 2013.
Eliminar la violencia y la inseguridad que persiste en algunos municipios en México, llevará varios años porque sus causas estructurales están ligadas a situaciones de pobreza que no pueden superarse de la noche al mañana. No obstante, la nueva generación de reformas estructurales y el crecimiento paulatino de la economía, permitirá generar recursos para financiar programas de prevención social, actividades productivas que ofrezcan empleos y oportunidades para los sectores de la población más vulnerables.
El reto que enfrenta México, es el de cerrar poco a poco, pero de manera consistente, la brecha que históricamente lo ha convertido en un país con grandes desigualdades sociales por la concentración tan grande del ingreso en una pequeña parte de la población.