Observadores electorales estadounidenses viajan a otros países para ayudar a garantizar un voto libre y justo, que cumpla con las leyes electorales locales. A diferencia de la mayoría de las democracias, EE.UU no tiene un sistema electoral administrado centralmente, lo que significa que cada estado, y en algunos casos incluso cada condado, determina cómo y cuándo pueden votar los residentes. Este sistema descentralizado hace menos probable la posibilidad de fraude. Durante las elecciones presidenciales del 8 de noviembre de 2016 los estadounidenses elegirán además, a 435 representantes, 34 senadores, 12 gobernadores estatales y miles de cargos estatales y municipales. Habrá 400 observadores electorales y 120 parlamentarios de diferentes países monitoreando los centros de votación en 12 estados. Como miembro fundador de la OSCE, Estados Unidos ha acordado aplicar los principios de llevar a cabo elecciones democráticas y también “recibir de buen grado a los observadores de los otros 56 países de la OSCE”, comentó Christine Muttonen, presidenta de la Asamblea Parlamentaria de la OSCE. El objetivo es tener una evaluación de que las elecciones sean “precisas e imparciales” y no quede duda que las elecciones en EE.UU son libres y justas. Foto cortesía.
23 de diciembre de 2024
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