Ricardo Zúniga, enviado especial de Estados Unidos para el Triángulo Norte de Centroamérica, viajó a El Salvador para examinar asuntos de “interés mutuo”. El objetivo es reunirse con el gobierno y el sector privado para hablar inmigración y democracia.
Los temas a discutir incluyen “el fortalecimiento de la gobernanza democrática, el respeto a los derechos humanos, el combate a la corrupción, y abordar las oportunidades económicas como soluciones a las causas de raíz de la migración”.
El funcionario llegó una semana después que Washington declaró su “grave preocupación” por la destitución de jueces de la Suprema Corte y de un fiscal general que fueron ordenadas por el Congreso controlado por fuerzas leales al presidente Nayib Bukele. Tanto Estados Unidos como organismos regionales sostuvieron que las destituciones lesionan la democracia y la separación de poderes.
La última vez que estuvo Zúniga en San Salvador, el 7 y 8 de abril, sostuvo un encuentro con la canciller, Alexandra Hill, empresarios, periodistas y ONG, pero no pudo reunirse con el presidente Bukele.
Zúniga, como enviado especial de Biden para el Triángulo Norte de Centroamerica, que integran Guatemala, El Salvador y Honduras, busca disminuir la inmigración irregular de sus habitantes que huyendo de la pobreza y la violencia en la región pretenden llegar a Estados Unidos.
En Estados Unidos viven 2,5 de los 3 millones de salvadoreños que residen en el exterior y el envío de sus remeses representa el 22% del PIB del país. (Tomado de El Diario de las Américas)