El segundo debate de aspirantes republicanos a las presidenciales estadounidenses de 2024 culminó este miércoles con sus siete participantes unidos en sus críticas al Gobierno de Joe Biden y en sus repetidos reproches contra Donald Trump, gran ausente de la cita.
Aún así, durante el evento, que acogió la Biblioteca Presidencial Ronald Reagan (Simi Valley, California), no se abordaron las 4 causas penales que enfrenta el expresidente conservador (2017-2021).
Trump sigue siendo el gran favorito para competir nuevamente con Biden, al que, según una encuesta de The Washington Post y ABC News publicada el domingo pasado, superaría actualmente con 51 % de apoyo, por encima del 42 % otorgado al demócrata.
Este segundo debate republicano reunió al exvicepresidente de EE.UU. Mike Pence; al gobernador de Florida, Ron DeSantis; al empresario Vivek Ramaswamy; a la exgobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley; al exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie; al senador de Carolina del Sur Tim Scott; y al gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum.
Christie aludió a Trump en los primeros diez minutos de la cita asegurando que éste “se esconde tras la paredes de su club de golf para no responder a preguntas”, mientras que DeSantis opinó que el exjefe del Ejecutivo se encuentra “desaparecido en combate”.
Más allá de eso, su figura se mantuvo ausente hasta los compases finales del debate. El exmandatario prefirió acudir a Detroit para dar un discurso sobre la huelga del sector automovilístico, que desde mediados de septiembre registra piquetes en fábricas de Ford, Stellantis y General Motors (GM).
Los aspirantes tenían bien marcado que el enemigo común era Biden pero la migración a Estados Unidos a través de la frontera con México fue otro de los grandes ejes del encuentro, consiguiendo hacer coincidir a los candidatos en su supuesta correlación con la crisis de consumo de fentanilo y con la “necesidad” de seguir ampliando el muro con México.
Haley se llegó a comprometer a desplegar 25.000 agentes fronterizos más para “contener” la entrada de “seis millones de personas indocumentadas” y una crisis que “mata a más estadounidenses que las guerras de Irak, Vietnam o Afganistán juntas”.
Fuente: EFE
Foto crédito: AFP