La OMS da la alarma sobre las hepatitis víricas que se cobran 3500 vidas al día
La celebración fue establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el 2010 y su objetivo es fomentar la toma de conciencia sobre las hepatitis virales y las enfermedades que causan, así como la difusión de conocimientos sobre ellas. Además, es importante que esta fecha sea parte de las efemérides en salud para poner en agenda el tema y que toda la población pueda tener acceso a los recursos de prevención, diagnóstico y tratamiento.
El tema del Día Mundial contra la Hepatitis 2024, “La hepatitis no puede esperar”, enfatiza la necesidad urgente de acelerar los esfuerzos en diagnóstico, tratamiento y prevención. El tema exige acciones inmediatas para salvar vidas, reducir nuevas infecciones y mejorar el acceso a la atención.
Según el informe mundial sobre las hepatitis de 2024 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de vidas que se pierden a causa de las hepatitis víricas va en aumento. La enfermedad es la segunda causa infecciosa de muerte en el mundo, con 1,3 millones de fallecimientos al año, los mismos que provoca la tuberculosis, una de las principales causas infecciosas de mortalidad.
En el informe, publicado en la Cumbre Mundial sobre las Hepatitis, se destaca que, a pesar de la mejora de las herramientas de diagnóstico y tratamiento y de la disminución de los precios de los productos, las tasas de cobertura de las pruebas y los tratamientos se han estancado. Sin embargo, alcanzar el objetivo de eliminación de la OMS para 2030 debería ser posible si se toman medidas rápidas ahora.
Los nuevos datos de 187 países muestran que el número estimado de muertes por hepatitis víricas aumentó de 1,1 millones en 2019 a 1,3 millones en 2022. De estas, el 83% fueron causadas por la hepatitis B, y el 17% por la hepatitis C. Cada día mueren 3500 personas en todo el mundo debido a las hepatitis B y C.
«En este informe se dibuja un panorama preocupante: a pesar de los progresos realizados a nivel mundial en la prevención de las infecciones por virus de las hepatitis, las muertes están aumentando porque son demasiado pocas las personas con hepatitis que son diagnosticadas y tratadas,» ha dicho el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «La OMS se ha comprometido a apoyar a los países para que utilicen todas las herramientas a su disposición —a precios accesibles— para salvar vidas y cambiar esta tendencia.»
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Según las estimaciones actualizadas de la OMS, 254 millones de personas vivían con hepatitis B y 50 millones con hepatitis C en 2022. La mitad de la carga de infecciones crónicas por los virus de las hepatitis B y C corresponde a personas de 30 a 54 años, y el 12% a menores de 18 años. Los hombres representan el 58% de todos los casos.
Las nuevas estimaciones de incidencia indican una ligera disminución en comparación con 2019, pero la incidencia general de las hepatitis víricas sigue siendo alta. En 2022, hubo 2,2 millones de nuevas infecciones, lo que supone un descenso respecto de los 2,5 millones de 2019.
Estas incluyen 1,2 millones de nuevas infecciones por el virus de la hepatitis B y casi 1 millón de nuevas infecciones por el virus de la hepatitis C. Cada día se producen más de 6000 nuevas infecciones por virus de las hepatitis.
Las estimaciones revisadas proceden de datos mejorados de encuestas nacionales de prevalencia. También indican que las medidas de prevención como la inmunización y las inyecciones seguras, junto con la expansión del tratamiento contra la hepatitis C, han contribuido a reducir la incidencia.
Progresos y carencias mundiales en el diagnóstico y el tratamiento
A finales de 2022, en todas las regiones solo el 13% de las personas con infección crónica por el virus de la hepatitis B habían sido diagnosticadas y aproximadamente el 3% (7 millones) habían recibido tratamiento antivírico. En cuanto a la hepatitis C, el 36% de las personas habían sido diagnosticadas y el 20% (12,5 millones) habían recibido tratamiento curativo.
Estos resultados están muy por debajo de las metas mundiales de tratar al 80% de las personas que viven con hepatitis B y hepatitis C crónicas para 2030. Sin embargo, indican una ligera pero constante mejora en la cobertura del diagnóstico y el tratamiento desde las últimas estimaciones notificadas en 2019. En concreto, el diagnóstico de la hepatitis B aumentó del 10% al 13%, y su tratamiento, del 2% al 3%, y el diagnóstico de la hepatitis C aumentó del 21% al 36%, y su tratamiento, del 13% al 20%.
La carga de hepatitis víricas varía según las regiones. La Región de África de la OMS soporta el 63% de las nuevas infecciones por el virus de la hepatitis B, pero a pesar de esta carga, solo el 18% de los recién nacidos de la Región reciben la dosis de vacunación contra la hepatitis B al nacer. En la Región del Pacífico Occidental, donde se produce el 47% de las muertes por hepatitis B, la cobertura del tratamiento es del 23% entre las personas diagnosticadas, un porcentaje demasiado bajo para reducir la mortalidad.
Bangladesh, China, Etiopía, la Federación de Rusia, Filipinas, la India, Indonesia, Nigeria, el Pakistán y Viet Nam soportan colectivamente casi dos tercios de la carga mundial de hepatitis B y C. Lograr el acceso universal a la prevención, el diagnóstico y el tratamiento en estos diez países para 2025, junto con la intensificación de los esfuerzos en la Región de África, es esencial para que la respuesta mundial se encamine de nuevo hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Disparidades en los precios y en la prestación de servicios
A pesar de la disponibilidad de medicamentos genéricos asequibles contra las hepatitis víricas, muchos países no consiguen adquirirlos a estos precios más bajos.
Persisten las disparidades de precios tanto entre las Regiones de la OMS como dentro de ellas, y muchos países pagan precios superiores a los de referencia mundiales, incluso por medicamentos no patentados o incluidos en acuerdos de licencia voluntaria. Por ejemplo, aunque el tenofovir para el tratamiento de la hepatitis B no está patentado y está disponible a un precio de referencia mundial de USD 2,4 al mes, solo 7 de los 26 países informantes pagaron precios iguales o inferiores al precio de referencia.
Del mismo modo, un régimen de 12 semanas de sofosbuvir/daclatasvir pangenotípico para el tratamiento de la hepatitis C está disponible a un precio de referencia mundial de USD 60, pero solo 4 de los 24 países informantes pagaron precios iguales o inferiores al precio de referencia.
La prestación de servicios sigue siendo centralizada y vertical, y muchas poblaciones afectadas aún tienen que hacer frente a gastos directos por los servicios relacionados con las hepatitis víricas.
Solo el 60% de los países informantes ofrecen servicios de pruebas y tratamiento para las hepatitis víricas total o parcialmente gratuitos en el sector público. La protección financiera es menor en la Región de África, donde solo un tercio de los países informantes ofrecen estos servicios de forma gratuita.
Recomendaciones para acelerar la eliminación de las hepatitis
En el informe se esbozan una serie de medidas para promover la aplicación de un enfoque de salud pública a las hepatitis víricas, con el fin de acelerar los progresos hacia el fin de la epidemia para 2030. Se trata de las siguientes:
- ampliar el acceso a pruebas y al diagnóstico;
- aplicar de manera efectiva las políticas para lograr un tratamiento equitativo;
- reforzar los esfuerzos de prevención en la atención primaria;
- simplificar la prestación de servicios y optimizar la regulación y el suministro de productos;
- formular argumentarios a favor de la inversión en países prioritarios;
- movilizar una financiación innovadora;
- utilizar datos mejorados para la acción; e
- implicar a las comunidades afectadas y a la sociedad civil e impulsar la investigación para mejorar el diagnóstico y los posibles tratamientos curativos de la hepatitis B.
La financiación sigue siendo un reto
La financiación para las hepatitis víricas, tanto a nivel mundial como dentro de los presupuestos de salud nacionales, no es suficiente para cubrir las necesidades. Esto se debe a una combinación de factores, como el escaso conocimiento de las intervenciones y herramientas costoeficaces y la existencia de prioridades que compiten entre sí en las agendas de salud mundiales. Con este informe se pretende arrojar luz sobre las estrategias para que los países hagan frente a estas inequidades y accedan a las herramientas a los precios más asequibles disponibles.
Fuente de Información: OMS (Organización Mundial de la Salud) y OPS (Organización Panamericana de la Salud)
Diseño de Infografía: By Emma Dams para Latin Opinion Baltimore.