El Departamento de Seguridad Nacional (DHS), anunció la pasada semana sus cifras de control de inmigración de fin de año, las cuales son el resultado de un año de retorno a hacer cumplir la ley, defender la integridad del sistema de inmigración legal y mantener a los Estados Unidos seguro. En el año fiscal (AF) 2017, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. (CBP), reportó 310,531 detenciones a nivel nacional, 303,916 de las cuales se efectuaron a lo largo de la frontera suroeste, resaltando la necesidad de una barrera física en la frontera. La Oficina de Detención y Deportación (ERO), del Servicio de Inmigración y Control Aduanas de EE. UU. (ICE), efectuó 143,470 arrestos y 226,119 remociones. Mientras que 2017 marcó un año exitoso en esfuerzos de seguridad fronteriza, la reducción de migración transfronteriza ilegal, el aumento de medidas de control de inmigración a nivel interno y la desarticulación de organizaciones criminales transnacionales, existiendo muchos retos para proporcionarle a los oficiales de inmigración las herramientas que necesitan para mantener a delincuentes fuera de las calles, eliminar los factores de atracción de inmigración ilegal y remover del país a extranjeros que han violado leyes de inmigración. Las prioridades en materia de inmigración para hacer frente a estos retos serían mejorar la seguridad fronteriza, implementar un sistema de inmigración basado en méritos y eliminar las lagunas que fomentan la inmigración ilegal. El comisario adjunto interino Ronald Vitiello señaló ver una baja de un 30 por ciento en detenciones, pero ven con preocupación el aumento de menores no acompañados y menores con un familiar durante el mes de noviembre, así como también el aumento considerable en el contrabando de opiáceos y otros narcóticos fuertes, incluyendo heroína y cocaína, los cuales aumentan generalmente cuando aumentan los cruces ilegales de la frontera. Foto cortesía.
16 de noviembre de 2024
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