La economía estadounidense parece encontrarse en un debilitamiento necesario para contener la inflación, en momentos en que las quiebras de bancos vuelven temerosos a los mercados que esperan por la próxima decisión de la Reserva Federal sobre sus tasas de interés.
La inflación se colocó en Febrero en 6% a 12 meses, según el índice de precios al consumo PCI (CPI por sus siglas en inglés). Es decir, a los consumidores les cuesta más comprar lo mismo.
Klachkin espera que «los gastos de consumo se debiliten más adelante este año a medida que las alzas de salarios se moderen, que el ahorro se agote, y que los costos de los créditos aumenten» en un contexto de inflación alta, añadió, en una visión bastante negativa para los consumidores.
Los estadounidenses vieron cómo se erosionaba su capacidad de compra, pero para seguir consumiendo echaron mano a sus ahorros logrados durante la pandemia de COVID-19 y gracias a los aumentos de salarios producto de la escasez de mano de obra en el país.