¿Recuerdas tus propósitos de año nuevo? ¿Cómo vas con ellos? ¡No me digas que ya los abandonaste! Quizás, por el camino te diste cuenta que no eran lo que realmente querías o surgieron otros retos que te hicieron replantearte la situación. Si es así, ¡felicidades! Acabas de conocer el arte de la reinvención.
Lejos de lo que parece, el reinventarse tiene muchas ventajas, entre las que destacan: poner a prueba la neuroplasticidad del cerebro y la adquisición de nuevas destrezas. También te das cuenta del potencial que posees y, por si fuera poco, te permite aumentar tu creatividad.
Quizás sientes que ese trabajo que tienes no es lo que verdaderamente quieres, por lo que finalmente has decidido cambiar esa rutina que solo te está llevando por el camino de la desdicha, y quieres retomar aquel sueño o proyecto que ideaste siendo un niño. ¡Pues bien! La buena noticia es que nunca es tarde para comenzar de nuevo.
Un estudio llevado a cabo por la Dra. Gail Matthews, profesora de psicología de la Universidad Dominicana de California, determinó que tienes un 42% más de probabilidades de alcanzar el éxito de tus metas, con tan solo ponerlas por escrito. Si además las compartes y das a conocer tu progreso con otras personas, el porcentaje de éxito se eleva a casi el 50%.
Probablemente estés pensando: ¿Y de dónde obtengo el 50% restante? Pues, busca un espejo y hallarás la respuesta. Para lograr tus objetivos necesitas dos herramientas indispensables: una es el talento y la otra es la persistencia.
Puede que tengas una gran capacidad para hacer ciertas actividades, pero si no eres consecuente, no vas a lograr avanzar. Lo mismo ocurre en el caso contrario: puede que no tengas tus habilidades muy bien trabajadas, pero si eres constante, evidentemente mejorarán con el tiempo y podrás ver grandes avances en tu proyecto.
Lo importante es no claudicar, no caer en el desgano pero, sobre todo, tener la convicción personal de que puedes hacerlo mejor y de que puedes potenciar tus aptitudes.
Una pieza clave en el arte de la reinvención es sin dudas abandonar viejas creencias y desaprender. Otro elemento fundamental en este tema es atreverse a salir de la zona de confort y utilizar el miedo como un impulso. Como decía Nelson Mandela, cuyo centenario celebramos hace unos días: “El coraje no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él”. Precisamente, Mandela se reinventó así mismo y luego fue un puntal decisivo en la reinvención de Sudáfrica.
En otras palabras, ¡olvídate de la vieja creencia que hay en tu familia de que todos nacieron con pies zurdos para el baile o de que no tienen una vena artística! Esas ideas limitantes no son más que creencias absurdas que probablemente han ido comprando de generación en generación, y que para nada son ciertas.
Enfócate en lo que siempre has querido hacer, sin pensar en lo que otros piensen de ti. ¡Es tiempo de ser fiel a tu esencia, romper paradigmas, explorar nuevos horizontes, salir de tu zona de confort y darte el permiso para reinventarte!
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