¿Qué pensarías si te dijera que su salud depende en gran medida del código postal donde vives?
¿Que me dirías si te dijera que tus decisiones individuales sobre tu alimentación o actividad física son sólo piezas de un rompecabezas donde también ocupan un espacio importante tu lugar de vivienda, tus ingresos, tu educación y hasta tu forma de transporte?
No se trata de preguntas retóricas, sino de una realidad documentada estadísticamente: Una de cada 10 personas que viven en los Estados Unidos gastan más del 50% de sus ingresos en vivienda.
Y algunos condados urbanos con altas concentraciones de hispanos en California, Florida, Nueva York y Washington DC con altos precios de vivienda, para arrendamiento o compraventa, están entre los menos saludables de Estados Unidos.
En El Bronx, Nueva York, más del 30% de la población paga más del 50% en vivienda. En California, el Condado de Los Ángeles se encuentra en el lugar número 23 de los 26 condados del estado. En Florida el condado menos saludable es Unión.
Otra de las piezas del rompecabezas tiene que ver con nuestros ingresos. Debido a que alrededor del 20% de los latinos vivimos por debajo de la línea de la pobreza, estamos limitados en nuestra capacidad de tomar decisiones saludables, costear el seguro médico, medicamentos o vivienda, e incluso manejar el estrés.
Y sin empleos o ingresos suficientes es más difícil ahorrar o acumular dinero para amortiguar los momentos de dificultades económicas, lo cual puede afectar nuestra salud física y mental.
¿Cómo podemos ayudar a hacer la diferencia? La respuesta corta es: con educación. Si las personas tienen la información apropiada, pueden ayudar a evitar que los determinantes sociales se conviertan en una fatalidad.
La educación nos ayuda a vivir vidas más saludables y de mejor calidad, con menos enfermedades crónicas y más longevidad. Como muestra una estadística relevante: Los egresados de preparatoria viven 9 años más que quienes abandonaron la escuela.
La buena noticia es que existen políticas y programas que pueden mejorar la salud, en la medida que tengamos la información para exigir esas políticas a líderes locales o que nosotros mismos tomemos posiciones de liderazgo local, estatal o federal.
Entre las medidas que recomienda el reporte County Health Rankings 2019 se encuentran las inversiones para el acceso a vivienda asequible, los subsidios para el cuidado infantil y los créditos fiscales por cada hijo, de tal forma que permitan a las personas de más bajos ingresos tener ingresos disponibles para cosas vitales, como comida saludable, acceso a la salud, medicamentos, vivienda digna.
El código postal donde vivimos no debería ser una condena fatal para nuestra salud. Pero para evitar que ello ocurra tenemos que identificar aquellas soluciones que ayuden a compensar los factores que hacen que las personas más vulnerables sean afectadas desproporcionalmente por determinantes sociales de salud.
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Por José López Zamorano
Para La Red Hispana