Hace unos días la Sección Consular de la Embajada de México, el American Jewish Committe y el Instituto Arthur y Rochelle Belfer de Relaciones Latinas y Latinoamericanas del propio AJC, llevamos a cabo un taller de liderazgo para 30 profesionistas mexicanos que radican en el área Metropolitana de Washington, con la idea de apoyarlos y entrenarlos para que puedan amplificar las voces de las comunidades mexicanas y latinas en su proceso de integración en la sociedad estadounidense.
Esta actividad inscrita en el marco de la nueva estrategia de México hacia sus comunidades en Estados Unidos, incluyó la participación de expertos judíos y latinos como instructores, quienes compartieron sus experiencias y buenas prácticas sobre la formación de coaliciones y empoderamiento; abogacía en materia legislativa; estrategias de comunicación; y participación cívica. Las sesiones incluyeron dinámicas de grupo con la finalidad de que los cursantes pusieran en práctica las enseñanzas de los panelistas.
En mi intervención durante la apertura del taller, destaqué la importancia de alinear las percepciones de las audiencias estadounidenses con la actual realidad que vive México, porque persisten todavía estereotipos que contribuyen a una imagen negativa de nuestro país en Estados Unidos. Llamé la atención sobre el hecho de que la falta de información y el desconocimiento sobre la realidad mexicana hacen a millones de estadounidenses presa fácil de políticos que hablan mal de México y los mexicanos. La percepción sobre los 12 millones de indocumentados que viven en Estados Unidos, la mayoría no mexicanos, sigue asociándose de manera errónea con México. La migración masiva de mexicanos hacia Estados Unidos terminó desde 2011, lo que ha propiciado que hoy la mayoría de los mexicanos que viven en este país sean ciudadanos o residentes legales; de ahí la necesidad de desmexicanizar el tema.
A pesar de esta nueva realidad que requiere nuevos métodos de trabajo con mexicanos profesionistas, no podemos olvidar que existen alrededor de 5.2 millones de mexicanos indocumentados que seguirán siendo nuestra prioridad y para los cuales se mantendrán los programas tradicionales de protección y servicios comunitarios, paralelamente a las nuevas actividades a realizar en favor de los 6 millones de mexicanos que ya han resuelto su situación migratoria.
En su conjunto, la estrategia busca amplificar la voz de los mexicanos y de los latinos y revalorar sus contribuciones al bienestar de la sociedad estadounidense en la cual ahora viven y a la que se están integrando, incluso más rápido que otros grupos migrantes en el pasado.
Para bien y para mal, Geografía es destino. México y Estados Unidos serán siempre vecinos independientemente del tipo de relación que se establezca entre sus gobiernos. Sus sociedades están cada vez más interconectadas. En México viven de manera permanente más de un millón de estadounidenses. Nuestros países producen juntos y sus aparatos económicos se siguen integrando cada día. En ambos lados de la frontera viven hoy millones de familias binacionales para las cuales no hay fronteras, ni muros, sino lazos familiares y un entorno común. Esa es la nueva realidad que existe y que representa una gran oportunidad para el bienestar de dos países que son vecinos, amigos y socios estratégicos.
15 de noviembre de 2024
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