Los cambios en la rutina y la incertidumbre laboral elevan los niveles de estrés de muchos profesionales. La alimentación y las horas de sueño son claves para evitar estos problemas.
Las medidas de aislamiento, que buscan evitar la expansión de la COVID-19 en el Perú, han generado un aumento de los casos de estrés, ansiedad y depresión en los profesionales, ya sean teletrabajadores o quienes se movilizan a diario a sus oficinas. El temor permanente a contagiarse, el riesgo de desempleo y la reducción de ingresos (en muchos casos) han afectado su estabilidad emocional.
Sabemos que el estrés surge cuando las exigencias del entorno laboral superan la capacidad de una persona para hacerles frente o mantenerlas bajo control. Es una respuesta adaptativa que, en un primer momento, puede ayudarnos a responder más rápida y eficazmente a situaciones que lo requieran. El problema es que nuestro cuerpo tiene recursos limitados y se agota. ¿Cómo actuar, entonces?
Consecuencias principales
El estrés, generado por la incertidumbre del contexto actual y la sensación de no tener control sobre la situación, puede causar síntomas físicos muy notorios en el trabajador, como el aumento de las palpitaciones y la sudoración excesiva. Con la ansiedad, las personas padecen de mareos, sensación de opresión en el pecho, zumbidos al odio o problemas gastrointestinales sin razón aparente.
A nivel psicológico, el confinamiento y la exposición constante a noticias sobre el virus son capaces de provocar en el colaborador pensamientos recurrentes sobre riesgos o catástrofes inminentes. Podría sentir mucho pánico, que es capaz de interferir el desarrollo habitual de sus actividades. Ello puede devenir en problemas de entumecimiento muscular, dificultad para dormir, dolor de cabeza e incluso sarpullidos en la piel.
Descanso y alimentación
Para reducir los niveles elevados de estrés y ansiedad, es importante que los colaboradores duerman entre siete y nueve horas todos los días. Durante el sueño, la temperatura corporal disminuye, el cuerpo segrega hormonas relacionadas con el acto de dormir, y se registran cambios en la frecuencia cardiaca, la presión arterial y el metabolismo. En todo ello radica su importancia para la salud mental.
Se recomienda que el colaborador siempre se acueste a la misma hora, a fin de crear una rutina. Asimismo, es recomendable no tomar alcohol antes de dormir, ya que así mantiene activo el organismo, en lugar de relajarlo. También se recomienda apagar el celular para no ser despertados por los ruidos o las vibraciones de las alertas en redes sociales o de los correos electrónicos.
En el caso de las personas con problemas de ansiedad más graves, también es una buena opción tomar baños calientes para relajarse. Asimismo, es necesario evitar la práctica de ejercicios antes de acostarse, ya que activan el estado de alerta del organismo. Todas estas pautas permitirán lograr un sueño más reparador.
Una alimentación saludable es importante para revertir la ansiedad. Es recomendable que la dieta de cada persona incluya una cantidad suficiente de frutas y verduras, que también pueden congelarse para conservar gran parte de su sabor y nutrientes. Los productos frescos son la mejor opción. Si no se encuentran disponibles, existen muchas alternativas saludables que se pueden almacenar y preparar con facilidad.
Recomendaciones finales
Es necesario planificar cada día separando un tiempo para el trabajo y otro para las cuestiones personales. Cada trabajador debe aprovechar su tiempo libre para entretenerse leyendo un libro, viendo una película o practicando alguna afición como la pintura. También puede invertirlo en desarrollar aquellos proyectos personales que ha pospuesto por mucho tiempo.
Otro aspecto importante es cuidar la vida social. El colaborador que trabaja en su casa puede aprovechar las aplicaciones como Zoom o Meet para mantener el contacto con sus colegas de la oficina y amigos, pese al distanciamiento. En el caso de los familiares con los que vive, es conveniente mantenerse asertivo y expresar de manera adecuada sus problemas de estrés, a fin de que puedan ayudarlo a superarlos.
En el caso de los trabajadores que laboran en una oficina, lo mejor es que salgan de casa con tiempo suficiente para llegar sin apuros. De ser posible, podrían trasladarse en bicicleta para hacer ejercicio en el trayecto. Así, llegarán a la oficina menos tensos.