California se encaminó hacia el fin de la era de los vehículos que funcionan con combustibles fósiles, con la adopción por parte de los reguladores de las normas más estrictas del mundo para la transición a los automóviles de cero emisiones.
La decisión del Consejo de Recursos del Aire de California para que todos los automóviles y camionetas nuevos sean eléctricos o de hidrógeno para 2035 puede reconfigurar el mercado automovilístico estadounidense, que genera el 10% de sus ventas en el estado más poblado del país.
Pero una transformación tan radical en lo que la gente conduce también requerirá al menos 15 veces más cargadores de vehículos en todo el estado, una red eléctrica más robusta y vehículos que la gente de todos los niveles de ingresos pueda costear. (La Voz de América)