El fenómeno fue un espectáculo en gran parte del continente americano que duró 310 minutos (algo más de 5 horas) y fue total en muchos puntos del continente americano, de sudoeste a noreste, desde Mazatlán, en México, hasta la costa este de Canadá pasando por Estados Unidos.
El espectáculo oscureció rápidamente los cielos, bajó la temperatura varios grados, y silenció a los pájaros. No en vano, estos eventos atraen a miles de turistas de todo el mundo.
De hecho, en algunas regiones, como Niágara Falls, las autoridades canadienses declararon estado de emergencia ante la previsión de turistas que fueron a disfrutarlo.
El fenómeno fue visible como parcial en el resto de Norteamérica, en América Central, Islandia, las Azores, Madeira y el oeste de Reino Unido, además de las Canarias y el noroeste peninsular.
La NASA retransmitió en directo el fenómeno desde su página web y lanzó tres cohetes sonda para estudiar cómo se ve afectada la atmósfera superior de la Tierra, que posee carga eléctrica.
Además, varios aviones WB-57F de la agencia espacial siguieron el eclipse desde el Océano Pacífico Sur, hasta Mazatlán, en México, pasando por Estados Unidos -de Texas a Maine-, hasta Canadá, trazando una trayectoria diagonal y tomando fotografías del Sol para estudiar su corona durante el fenómeno.
Estos fenómenos suceden cuando la Luna se alinea entre la Tierra y el Sol, pero es distinto según el punto de vista del observador.
Así, puede ser ‘total’, cuando la Luna cubre todo el disco solar, ‘anular’, cuando la Luna no llega a cubrir todo el disco del Sol pero sus centros están bien alineados (por eso vemos un anillo brillante rodeando el disco lunar), o ‘parcial’, cuando la Luna solo tapa una parte del Sol.
Durante un eclipse, nunca debe observarse el Sol directamente, ni a simple vista ni con gafas de sol (aunque sea parcial) porque el Sol nunca está totalmente cubierto por la Luna y por lo tanto mirarlo sin protección segura y adecuada puede dañar los ojos.
Tampoco hay que mirar al Sol con aparatos (cámaras, vídeos) o instrumentos (telescopios, prismáticos) que no estén preparados para ello o dispongan de filtros solares homologados.
El Sol puede ser observado viendo su imagen proyectada sobre algún tipo de pantalla o con gafas de eclipse, que están diseñadas para ello.
El próximo eclipse solar visible tendrá lugar el 12 de agosto de 2026, seguido de otro el 2 de agosto del año siguiente, y poco después, el 26 de enero de 2028, se podrá ver un eclipse anular, informa la página web del Observatorio Astronómico Nacional (OAN).
Fuente: EFE
Imagen crédito