La pandemia del COVID-19 ha transformado nuestras vidas en formas que nunca hubiéramos imaginado. La mayoría de nosotros conoce a alguien que fue contagiado o que perdió a un familiar, amigo o compañero por la pandemia. La mayoría no podemos todavía realizar muchas de las pequeñas cosas o actividades colectivas que dan plenitud a nuestra existencia como seres sociables.
Pero la vida sigue. Y ahora nos corresponde enfrentar el reto de la nueva normalidad con disciplina e imaginación: mantener una sana distancia, usar cubre bocas, lavarnos las manos y no olvidar las medidas preventivas de salud como las visitas periódicas al doctor –bajo el nuevo método de tele-consulta- y sin olvidar nuestro calendario de exámenes médico regulares.
Para nosotros los latinos y latinas es especialmente importante hacernos la prueba del VIH, porque el virus afecta desproporcionalmente a nuestra comunidad: los hispanos representamos alrededor de la cuarta parte de todos los nuevos diagnósticos del virus, a pesar de constituir el 18% de la población del país.
Y en este momento, la prueba del VIH es más importante que nunca porque puede haber un mayor riesgo de desarrollar complicaciones a partir del COVID-19 entre personas adultas con enfermedades subyacentes serias o con un sistema inmunológico comprometido.
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), las personas con VIH pueden padecer igualmente un riesgo mayor de complicaciones médicas serias del Covid-19 a partir de su edad u otras condiciones médicas. Como dice el dicho, más vale prevenir que lamentar.
La buena noticia es que ahora es posible realizarse la prueba del VIH de manera rápida, sencilla y confidencial desde la comodidad de la casa. Las pruebas de autoexamen del VIH, (también conocida como prueba casera del VIH) nos permite asimismo conocer el resultado de manera privada, lo cual puede ayudar a incrementar nuestra conciencia sobre la importancia del examen y ayudar a prevenir nuevos casos.
Los nuevos equipos de recolección de pruebas pueden ser utilizados tanto para la prueba del VIH como para otras enfermedades sexualmente transmitidas. Pueden ordenarse a través de nuestro médico familiar o en línea, y en la mayor parte de los casos su costo es cubierto por la mayoría de los planes de seguro médico. Incluso algunos estados ofrecen las pruebas de forma gratuita.
Lo más importante que queremos resaltar, es que no hay que temerle al resultado. Si una prueba da resultado positivo, es importante acudir a proveedor de atención médica para realizar una prueba de seguimiento. Algunas veces, una prueba de VIH puede dar resultados positivos falsos.
Si confirman el resultado positivo, entonces te ayudarán a empezar el tratamiento necesario y a conectarte a otros servicios de apoyo, para mantener tu salud. Con el compromiso y la constancia del tratamiento, el virus del VIH puede alcanzar valores muy bajos de carga viral siendo indetectable e intransmisible.
Si el resultado de la prueba es negativo, esta puede ser una buena oportunidad para hablar acerca de empezar PrEP, una pastilla diaria que ayuda a prevenir el VIH.
La pandemia del COVID-19 nos ha enseñado que si actuamos con un fuerte sentido de responsabilidad individual podemos influir significativamente en los desenlaces de salud pública.
En vísperas del Día Nacional de la Prueba del VIH, que se observa este 27 de junio, es posible ver luz al final del túnel: alrededor de la mitad de los latinos que viven con el virus han logrado su supresión gracias a un tratamiento oportuno con retrovirales. Y todo empieza con un paso simple, sencillo que se puede tomar en casa: la prueba del VIH.
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Por José López Zamorano
Para La Red Hispana