Con el inicio de la temporada de calor, nos sentimos motivados de convivir con nuestros familiares y amigos al aire libre. Aunque puede ser benéfico para nuestra salud mental y física, es importante tomar las precauciones necesarias para prevenir enfermedades transmitidas por insectos que abundan en ambientes más cálidos.
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC), la Enfermedad de Lyme es transmitida frecuentemente por insectos en Estados Unidos y suele predominar en áreas rurales y suburbanas del noreste del país. Esta enfermedad infecciosa, ocasionada por la transmisión de la bacteria Borrelia burgdorferi a través de la picadura de garrapatas infectadas, puede desatar un daño importante y permanente a nuestra salud.
Las manifestaciones de la enfermedad se presentan periódicamente. La primera etapa suele presentarse algunos días o semanas después de la mordedura de la garrapata y se caracteriza por la aparición de una mancha roja, con el centro claro, en el sitio de la mordedura. Esta lesión se conoce como eritema migratorio, debido a su tendencia a ampliarse y expandirse en su tamaño. Dicha etapa suele acompañarse de síntomas gripales como tos, escurrimiento nasal, dolor de garganta y cabeza.