Una gran lección de dignidad personal nos ha dado todos aquellos que participaron la semana pasada en las movilizaciones de “Un Día Sin Inmigrantes”, una jornada cívica ejemplar que hizo visible el drama humano de las familias migrantes que viven en la zozobra, por el clima de asedio oficial hacia los indocumentados.
Cientos de restaurantes, supermercados y comercios cerraron sus puertas, miles de personas dejaron de asistir a sus centros de trabajo y participaron en marchas o protestas callejeras y, me atrevo a pensar, millones más se solidarizaron a distancia con la tragedia humanitaria que significa vivir con el miedo a la separación de sus seres queridos.
Es verdad que un gobierno goza del derecho irrefutable de hacer cumplir sus leyes y que la seguridad fronteriza es una condición necesaria para proteger la integridad de la población, pero en la aplicación de la ley debe también vigilarse el debido proceso y un trato digno para asegurar que todos puedan ejercer plenamente sus derechos en este país.
Al clima de terror se han sumado filtraciones dolosas que sugieren la activación de 100,000 elementos de la Guardia Nacional para realizar redadas masivas de inmigrantes, una escena que evoca las deportaciones del presidente Dwight Eisenhower de 1954. Aunque la versión fue desmentida, logró sembrar la duda en el imaginario colectivo.
Desafortunadamente todo parece indicar que los escenarios extremos que muchos temían tienen el potencial de materializarse. Una nueva filtración de los planes que revisa la Casa Blanca sugieren que el universo potencial de personas sujetas a deportación podría elevarse a 8 millones de personas, según Los Ángeles Times.
De aprobarse estos memorandos en los términos redactados por el secretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), John Kelly, cualquier persona no autorizada en Estados Unidos es elegible de ser deportada, aún si no está convicta de un delito. También incluye a quienes hayan cometido fraude o violado sus órdenes de deportación.
Aunque es previsible que algunasde estas eventuales acciones sean impugnadas en los tribunales, las filtraciones ya están teniendo el efecto de provocar que muchos inmigrantes decidan empezar a vender sus propiedades y consideren seriamente una “auto-deportación”, como ocurre en algunas comunidades de Charleston, Carolina del Sur.
Por ello más que nunca es crucial insistir en la importancia de que sepas que tienes derechos, independientemente de tu situación migratoria, que si eres extranjero tienes el derecho de contactar a tu consulado y a un abogado para defender tus derechos. Tu mejor defensa es el conocimiento de los beneficios que te otorga la ley.
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