Más de 250 millones de estadounidenses obtienen seguro médico a través de sus empresas, uno de los principales beneficios laborales que permiten a las familias acceso a cuidado médico de primer nivel y evitar que una enfermedad catastrófica los ponga al borde de la bancarrota.
Para el resto de ciudadanos, residentes permanentes e inmigrantes elegibles, es posible adquirir cobertura médica a través de la Ley de Salud Asequible (ACA), conocida como Obamacare, en la mayoría de los casos obteniendo un subsidio federal para costear el costo de las primas.
Aquellas personas que deseen utilizar ACA, no deben olvidar que el plazo de inscripción o reinscripción vence el 15 de diciembre, a fin de tener cobertura médica a partir del 1 de enero de 2017. El plazo final del cuarto periodo de enrolamiento vence el 31 de enero, para empezar cobertura el primero de marzo.
Es verdad que el alza en el costo de las primas, de más 100 por ciento en algunos estados, golpea el bolsillo familiar, especialmente para aquellas familias que, por sus ingresos anuales, no califican para subsidios federales. Pero contar con cobertura médica es una prioridad.
Más de 20 millones de personas que carecían de seguro médico ahora están cubiertos gracias a la ley, incluidos más de 4 millones de latinos, lo que ha permitido una reducción mayor que cualquier grupo étnico sin cobertura de salud.
El fin de semana el presidente Obama hizo un urgente llamado a inscribirse en ACA. Su sucesor Donald Trump ha prometido eliminarla y reemplazarla, aunque mantendrá dos pilares de Obamacare: la permanencia de los hijos menores de 26 años en las pólizas de sus padres y la prohibición a aseguradoras a rechazar a personas con enfermedades preexistentes.
Legisladores republicanos han asegurado que aún si se deroga ACA, se aprobaría un periodo de transición de dos años para evitar que las personas pierdan su cobertura, pero el propio presidente Obama estima que hasta 30 millones de personas están en riesgo, incluidos 9 millones de reciben créditos tributarios.
La incertidumbre sobre el futuro de ACA provocó un incremento significativo de inscripciones desde las elecciones del 8 de noviembre.
Ciertamente lo más importante es que las personas no esperen al 20 de enero de 2017, al inicio de la nueva administración, para determinar si se inscriben. Es importante hacerlo sin dilación para evitar lapsos en la cobertura, independientemente de lo que haga el próximo gobierno federal.
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