El Gobierno de Estados Unidos busca que los países latinoamericanos tomen medidas contra los grupos criminales que controlan las rutas migratorias, en un esfuerzo por limitar la llegada de personas a la frontera sur.
Tras una reunión de cancilleres y funcionarios de 21 Gobiernos de la región en Guatemala, la Casa Blanca anunció una serie de medidas acordadas en conjunto que incluyen compromisos para desmantelar las redes de “tráfico humano” y limitar el movimiento de personas a través del continente.
“Es imposible llegar a la frontera (sur de EE.UU.) sin pasar por las manos de traficantes. Esto pasa no solo en México, sino en todos los países”, señaló el subsecretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) para política fronteriza, Blas Nuñez-Neto, en una llamada con periodistas tras la clausura del encuentro en Ciudad de Guatemala.
Durante la cumbre, los países reafirmaron su “gran compromiso” por combatir “estas redes de crimen organizado”, subrayó Nuñez.
Entre las medidas específicas anunciadas este martes está la firma de un acuerdo entre EE.UU. y Costa Rica para “compartir información biométrica”, “reforzar” sus fronteras y cooperar para luchar contra el tráfico de personas, señaló la Casa Blanca en un comunicado.
A su vez, EE.UU. se comprometió a “desplegar recursos” para ayudar a Guatemala a reforzar sus fronteras “terrestres, marítimas y áreas”, pero no ofreció más detalles sobre cómo se verá esta cooperación.
La Casa Blanca señaló también que los 21 países firmantes de la declaración de Los Ángeles, firmada en junio de 2022, reafirmaron que están dispuestos a “contener” la migración irregular a través de la imposición de visas de tránsito, el escrutinio de pasajeros y políticas para castigar a los grupos que “se enriquecen con la migración irregular”.
Las medidas para restringir el movimiento de personas en el continente, que han sido promovidas por el Gobierno estadounidense en acuerdos con los países de la región, han contribuido al incremento en el número de personas que atraviesan peligrosas rutas para viajar hacia EE.UU., como la selva del Darién, según denunció la organización Human Rights Watch (HRW).
El año pasado, más de medio millón de personas cruzaron este enclave situado entre Colombia y Panamá en su camino hacia la frontera de México y EE.UU.
Fuente: EFE
Imagen crédito: Luis Torres