Un estudio internacional con casi un millón de personas asocia la exposición a la radiación de las tomografías computarizadas (TAC) en edades jóvenes con un mayor riesgo de desarrollar un cáncer de la sangre.
Es la principal conclusión del estudio internacional EPI-CT, liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) en España.
Los resultados, publicados en la revista Nature Medicine, ponen de manifiesto la importancia de seguir aplicando estrictas medidas de protección radiológica.
El estudio no cuestiona los beneficios del TAC para la obtención de imágenes para diagnóstico, planificación del tratamiento y seguimiento de la enfermedad, pero remarca que no es una prueba completamente inocua.
Por eso, el uso generalizado de este procedimiento en las últimas décadas ha suscitado preocupación en la comunidad médica y científica por los posibles riesgos de cáncer.
Para abordar estas limitaciones, un grupo de clínicos, epidemiólogos y dosimetristas de nueve países europeos (Alemania, Bélgica, Dinamarca, España, Francia, Noruega, Países Bajos, el Reino Unido y Suecia) llevó a cabo el EPI-CT, un estudio internacional coordinado por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (AIRC) y financiado en gran medida con fondos europeos.
En el estudio se analizaron datos de casi un millón de personas que se habían sometido a al menos un TAC antes de los 22 años.
El equipo investigador calculó, para cada persona, la dosis de radiación absorbida por la médula ósea, que es donde se producen las células sanguíneas.
Al vincular esta información a los registros nacionales de cáncer, se pudo identificar a quienes desarrollaron un cáncer de la sangre más tarde.
Los resultados del análisis muestran una clara asociación entre las dosis totales de radiación absorbidas por la médula ósea procedentes de las tomografías computarizadas y el riesgo de desarrollar tumores malignos, tanto mieloides como linfoides.
En la actualidad, más de un millón de niñas y niños europeos se someten cada año a un TAC y, si bien las dosis de radiación han disminuido sustancialmente en los últimos años, los resultados de este estudio subrayan la necesidad de concienciar a la comunidad médica y de seguir aplicando medidas estrictas de protección radiológica, especialmente en la población pediátrica.
Fuente e imagen: EFE