Cientos de migrantes de la etnia los misquitos, provenientes de la región indígena de Honduras, habitan varios albergues de la ciudad fronteriza de Tijuana, norte de México, y a pesar de estar tan lejos de su país mantienen sus usos y costumbres y protegen su lengua materna mientras esperan cruzar a Estados Unidos.
Estos migrantes, se mantienen unidos y se protegen entre ellos, y son considerados los desplazados silenciosos de la migración centroamericana.
Sus tierras en Honduras han sido controladas por el narcotráfico y el crimen organizado, lo cual los ha obligado a abandonar sus patrimonios bajo amenazas de muerte y violencia constante.
Cristóbal, uno de los tantos indígenas misquitos que están en uno de los albergues de Tijuana, contó a EFE que en su comunidad padecen de pobreza y del abandono de las autoridades, lo que los ha llevado a organizarse y salir en grupos buscando llegar a Estados Unidos.
Compartió que ellos buscan camuflarse entre otros migrantes que acaparan los reflectores, sobre todo para resguardar su integridad, lo cual también les permite continuar con las tradiciones de sus ancestros, como basarse en la medicina natural, y mantener su lengua madre “misquito” como forma de comunicación, aunque también hablan español.
Fuente e imagen: EFE