Autoridades estadounidenses y mexicanas acordaron nuevas políticas migratorias diseñadas para detener los cruces ilegales de frontera y abrir otras vías para el esperado incremento de migrantes que intentan hacer el viaje tras el final de las restricciones de la pandemia la próxima semana.
La asesora de Seguridad Nacional Liz Sherwood-Randall se reunió con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y otros funcionarios de alto rango para concretar un plan de cinco puntos, según comunicados de los dos países.
Según el acuerdo, México seguirá aceptando migrantes de Venezuela, Haití, Cuba y Nicaragua que sean rechazados en la frontera y hasta 100.000 personas de Honduras, Guatemala y El Salvador que tengan familia en Estados Unidos podrán optar a vivir y trabajar allí.
El apoyo de México resulta crucial para que Estados Unidos mantenga el control sobre la frontera sur, especialmente en un momento en el que personas de lugares tan lejanos como Haití hacen el camino a pie a través de México y es difícil devolverlos a sus países de origen.
Ahora que México se ha sumado al plan, y tras el anuncio de que 1.500 tropas en activo de Estados Unidos se desplegarán en el sur para prestar apoyo administrativo, entre otras medidas, las autoridades fronterizas creen que podrán gestionar la sobrecarga y otros posibles problemas que puedan surgir cuando terminen las restricciones asociadas al COVID-19.
Fuente: AP
Foto crédito: Christian Chávez