El presidente Joe Biden eliminó el procesamiento expedito de solicitudes de asilo durante su primer mes de gobierno como parte de su labor para desechar las políticas fronterizas de su predecesor, entre las cuales se incluía la construcción de un muro con México. Ahora Biden prepara su propia versión.
Las revisiones aceleradas que se implementaron durante el gobierno del presidente Donald Trump desataron fuertes críticas de parte de agencias de control interno del gobierno debido a que el porcentaje de personas que pasaban dichas “entrevistas de temor creíble” se desplomaron. Pero el gobierno de Biden ha insistido en que su procesamiento acelerado para solicitantes de asilo es distinto: Las entrevistas serán conducidas exclusivamente por los Servicios de Ciudadanía e Inmigración (USCIS, por sus siglas en inglés) y no por agentes de la Patrulla Fronteriza. Además, todos tendrán acceso a asesoría legal.
La decisión de usar revisiones expeditas se produce en momentos en que están por expirar las restricciones al asilo relacionadas con el COVID-19 el próximo 11 de Mayo, razón por la que el gobierno federal se alista para un previsible incremento de cruces ilegales por la frontera sur. En Texas, las ciudades fronterizas de El Paso, Laredo y Brownsville han declarado estados de emergencia a nivel local en los últimos días como preparación para tal aumento.
En un principio, las revisiones quedarán limitadas a los países hispanohablantes para los que Estados Unidos tiene vuelos frecuentes de deportación. El gobierno comenzó revisiones limitadas este mes en Donna, Texas, en Rio Grande Valley, y posteriormente expandió el proceso a enormes carpas ubicadas en ciudades fronterizas como San Diego; Yuma, Arizona; y El Paso, Texas.
Fuente: AP
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