El Congreso estadounidense ha sentado en el banquillo a Shou Zi Chew, Director Ejecutivo de TikTok, una aplicación china con 150 millones de usuarios mensuales en EE.UU. que se ha ubicado en el centro de la disputa hegemónica entre Washington y Pekín por miedo al espionaje por parte del régimen chino.
La audiencia, que duró más de cinco horas, comenzó con las peticiones de un legislador para prohibir la aplicación en Estados Unidos y siguió siendo combativa. Fue un claro ejemplo de la presión bipartidista para acabar con la popular app de videos cortos y de la ardua batalla de la empresa para mejorar sus relaciones con Washington.
Propiedad de la empresa china ByteDance, TikTok está bajo una enorme presión en los países occidentales: Los funcionarios de los gobiernos de Estados Unidos, Reino Unido y Canadá, así como de la Comisión Europea, se vieron obligados a eliminar la aplicación de sus dispositivos.
«ByteDance no es un agente de China ni de ningún otro país», dijo Chew ante el comité de la Cámara de Representantes y agregó: «Creemos que lo que se necesita son reglas claras y transparentes que se apliquen ampliamente a todas las empresas de tecnología: la propiedad no es el núcleo para abordar estas preocupaciones».
«TikTok ha elegido repetidamente el camino de más control, más vigilancia y más manipulación. Su plataforma debería estar prohibida», dijo Cathy McMorris Rodgers, presidenta del Comité de Comercio y Energía de la Cámara de Representantes, al comenzar la audiencia.
«Espero que hoy diga cualquier cosa para evitar este resultado», continuó. «No nos lo creemos. De hecho, cuando hace gala de los 150 millones de usuarios estadounidenses en TikTok, se enfatiza la urgencia de que el Congreso actúe. Son 150 millones de estadounidenses sobre los que [Partido Comunista Chino] puede recopilar información confidencial».
Acorralado, Chew reconoció que algunos datos personales de los estadounidenses todavía estaban sujetos a la ley china, pero insistió en que pronto eso cambiará.
El Director Ejecutivo de Tik Tok promueve un plan de la compañía, conocido como Proyecto Texas, para satisfacer las preocupaciones de seguridad nacional, según el cual el manejo de los datos de los usuarios en territorio estadounidense se limitaría a una división dirigida por Estados Unidos.
Gran parte de los intentos de Chew por subrayar que su empresa no es un brazo del gobierno chino parecieron caer en saco roto. Numerosos miembros del Congreso interrumpieron el testimonio del CEO para decir que simplemente no le creen.
Una prohibición sería un acto sin precedentes contra una empresa de medios por parte de Washington, pues privaría millones de usuarios en EE.UU. de una aplicación que se ha convertido en una tendencia cultural, especialmente para los jóvenes y en la principal fuente de entretenimiento después de Netflix.
Una venta de la aplicación, aún con el acuerdo de todas las partes, sería muy complicada, pues separar el poderoso algoritmo de «TikTok y ByteDance sería como una operación de gemelos siameses», dijo el analista Dan Ives de Wedbush.
Fuente externa
Traducción by Latin Opinion Baltimore