Se muestran preocupados los expertos en políticas migratorias debido a la dependencia del gobierno de Joe Bien en la medida del parole humanitario como procedimiento migratorio.
La política de migración de la Casa Blanca ha generado que miles de ucranianos, afganos, venezolanos, y ahora cubanos, haitianos y nicaragüenses entren a la nación estadounidense y obtengan un permiso para trabajar por dos años.
El parole (que caduca a los dos años de haberlo obtenido) instaura reglas para quienes deseen ingresar a Estados Unidos y la principal es que deben buscar una vía legal para tener acceso al territorio. Para ello es necesario poseer el formulario correspondiente, además de otros requisitos.
Sin embargo, para los expertos en migración la inevitable incertidumbre que afrontan estas personas no es tan diferente de los beneficiarios de DACA: inmigrantes indocumentados traídos a los Estados Unidos cuando eran niños cuya protección bajo el programa del ex presidente Obama ahora está en duda.
“El parole es un mecanismo importante, pero debe considerarse una medida temporal. Y eso devuelve la presión, en primer lugar, al Congreso”, dijo el director senior de Relaciones Gubernamentales de la Asociación Americana de Abogados de Inmigración, Greg Chen.
La principal repercusión es que el parole deja a los inmigrantes en un estado de vulnerabilidad ante futuras administraciones con poder para poner fin a las protecciones, así como para establecer prioridades en las detenciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, ICE.
“Puedo imaginar cuánta ansiedad traería a los migrantes estar bajo una administración que parece escéptica sobre la inmigración, y depender de ellos para la capacidad de permanecer en los Estados Unidos”, dijo Julia Gelatt, analista principal de políticas del Instituto de Política Migratoria.
Foto: Evgenia Parajanian