Un intenso misterio de seguridad nacional está amenazando con una tormenta política después de que aviones de combate de Estados Unidos derribarán un trío de objetos aéreos no identificados en lo alto del continente norteamericano.
La oleada de ataques contra las naves desconocidas se produjo una semana después del seguimiento y derribo de un globo chino sospechoso de llevar a cabo tareas de vigilancia. Ahora, los escasos detalles que van saliendo del Pentágono y del Capitolio están haciendo aún más extraño y confuso un episodio internacional ya de por sí muy inusual.
Nadie —ni la Casa Blanca, ni el Pentágono, ni el gobierno de Canadá, cuyo espacio aéreo también ha sido violado— parece ser capaz de decir exactamente lo que está pasando con estas últimas naves derribadas. Esto plantea dudas a los altos mandos militares y a las agencias de espionaje estadounidenses, así como sobre la posible seguridad de la aviación civil. Y crea un vacío de información que los republicanos vuelven a utilizar para cuestionar el liderazgo del presidente Joe Biden.
Foto: Chad Fish