Unos 9.000 migrantes, en su mayoría venezolanos, están varados en Necoclí, un municipio en el noroeste de Colombia, a la espera de un barco para cruzar el Golfo de Urabá y luego trasladarse al Tapón del Darién rumbo a Panamá, para finalmente intentar llegar a Estados Unidos, informó la Defensoría del Pueblo del país sudamericano.
“Este año la crisis migratoria es mucho más grave que la registrada el año pasado. La cantidad de personas en movilidad humana que han pasado hacia Panamá supera los 150.000 en comparación con los 134.000 migrantes en todo el 2021. Y la tendencia es seguir aumentando”, indicó la institución en un tuit. Según datos del Grupo Interagencial de Flujos Migratorios Mixtos y de Migración Panamá, en enero de 2022 unos 4.415 migrantes cruzaron la frontera; en agosto lo hicieron 31.055.
Los migrantes tienen que esperar hasta cuatro días para conseguir un boleto para una embarcación que los traslade hacia Acandí, en el departamento del Chocó.
Además, indicaron que otras 1.000 personas “en condición de habitabilidad en calle”, entre ellos menores de edad, en riesgo porque no pueden acceder a seguridad alimentaria, salud, educación, entre otros.
En julio del año pasado Necoclí vivió una situación similar con una aglomeración de más de 10.000 migrantes, en su mayoría procedentes de África y Haití que tenían como objetivo llegar a Estados Unidos. (CNN)