Dos de los principales objetivos de la política de asilo del gobierno de Joe Biden es acelerar los procesos y descongestionar los expedientes acumulados la Corte de Inmigración, que casi sobrepasan los 2 millones.
Pero, cuatro meses después de implementada la primera fase en Texas y cuando el gobierno se prepara para extenderlo, expertos advierten que la prisa pone en riesgo a miles de migrantes que buscan asilo en Estados Unidos.
El secretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Alejandro Mayorkas, aseguró que el nuevo protocolo se trataba de un nuevo sistema que garantizaba “un proceso justo y eficiente”.
Mayorkas dijo que la regla garantizará que los no ciudadanos puestos en deportación acelerada y que son elegibles para recibir el estatus (un recurso legal disponible), “reciban ayuda rápidamente”. Mientras que quienes no califican para obtener asilo porque no tienen causa o no demostraron miedo o temor creíble, sean expulsados (deportados) prontamente. (Univisión)