01Las estadísticas son contundentes. El gobierno de Estados Unidos detuvo a casi 2 millones de migrantes en la frontera con México durante el año fiscal 2021, en tanto que los “encuentros” de migrantes de la Patrulla Fronteriza alcanzaron un nuevo máximo histórico de 1.6 millones.
Pero las cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) confirman una tendencia que había empezado a manifestarse desde los últimos meses. Los mexicanos se convirtieron nuevamente en el principal grupo de personas indocumentadas detenidas en la frontera: un total de 608,000 personas.
Aún considerando que los números quizás exageran el total de migrantes, toda vez que una misma persona puede ser contada varias veces intentando ingresar ilegalmente a los Estados Unidos, se trata de un fenómeno que puede tener implicaciones importantes para la política migratoria de Estados Unidos.
Hasta el momento, el mayor énfasis de la administración Biden se había concentrado en tratar de remediar las causas estructurales que provocan la migración desde el triángulo del Norte, es decir desde Guatemala, Honduras y El Salvador, que hasta meses recientes representaban los principales grupos de inmigrantes indocumentados encontrados en la frontera con México.
La Casa Blanca prometió un presupuesto de 4000 millones de dólares para lidiar una serie de causas problemas que incluyen la falta de desarrollo económico, la pobreza, la marginación la violencia de las pandillas, etc. Sólo para el año fiscal 2022, el presidente Biden pidió al congreso un presupuesto de 861 millones de dólares para Centroamérica, adicional a los 600 millones de dólares que ya ha entregado en asistencia internacional a la región.
Pero quizás, en un reconocimiento de que en México también debe ser un punto central de atención por su carácter de expulsor de migrantes, y el presidente estadounidense se comprometió en una carta a su colega mexicano Andrés Manuel López Obrador a trabajar conjuntamente para expandir la cooperación, especialmente aumentando las inversiones en el sur de México y en el norte de Centroamérica.
La decisión de visualizar al sur de México y al norte de América central como una misma región para efectos migratorios es importante. América Latina sigue resintiendo el impacto económico de la pandemia del COVID-19. Pero al igual que como ha ocurrido con las comunidades vulnerables dentro de Estados Unidos, el impacto de la pandemia ha sido desproporcionado y más desventajoso para las comunidades que ya vivían en situación de mayor pobreza. Buscar oportunidades en Estados Unidos es un impulso natural.
Pero no se puede descontar tampoco que una de las causas de mayor migración pueda ser la percepción de qué la política migratoria de Estados Unidos en la frontera es más hospitalaria y menos hostil que la existente durante la era Trump, aún cuando en realidad la administración Biden está deportando a la gran mayoría de migrantes detenidos en la frontera.
En todo caso, la administración Biden debe repensar su política migratoria con su vecino del sur en momentos que empezó a negociar la reanudación de su programa “Quédate en México”, a fin de que migrantes de otros países esperen sus casos de asilo en territorio mexicano.
Aunque el presidente estadounidense tiene poco margen de maniobra, debido a su raquítica mayoría en el congreso, la ayuda solicitada para México en el año fiscal 2022 es claramente insuficiente y no refleja la dimensión de las necesidades para mitigar las presiones migratorias de su vecino del sur en medio de la pandemia del COVID-19.
Por José López Zamorano
Para La Red Hispana
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