Casi 30 años ayudando al necesitado a través de su fundación
Numerosos programas de atención a personas vulnerables son llevados a cabo por esta admirable mujer, cuya misión ha sido la ayuda al prójimo, “de todo corazón”
La puertorriqueña Janet Arce tiene 29 años trabajando para la comunidad más vulnerable de la ciudad de Baltimore desarrollando una loable labor. Su madre le enseñó desde pequeña, en su isla natal, el gran valor de siempre ayudar al prójimo. “Me decía que si veía a alguien con hambre le diera de comer, la idea era ayudar al necesitado”, afirmó.
De esta manera, Arce comenzó su magnífica labor dando de comer a personas en las calles. “Cómo era madre soltera pensaba cómo voy a empezar, porque quería hacerlo en grande. Veía a una persona sin hogar y le compraba comida. Le decía a mi pastor que quería alimentar a la gente, pero como son muchas personas cómo lo voy a hacer y él me decía lo vas a lograr, vas a hacerlo”, indicó.
En un principio colocó una mesa cerca de unos jornaleros y compró comida de buena calidad. “Me llevé una mesita de mi casa y la coloqué cerca del carro, con pan, jamón, queso y café caliente. Luego, tuve la idea de pedir prestada la iglesia y empecé a pedir comida, arroz, frijoles, pollo, que cocinaba hasta para unas 350 personas, hasta que no me pudieron prestar la iglesia. Entonces, pedí comida ya preparada y la llevaba a las calles, no teníamos mesas pero cada colaborador la ponía en la parte atrás del carro y comenzamos a servir. Fue un resultado tan grande, que comencé a pedir donaciones de mesas, hasta que pudimos conseguir unas 25, donde servíamos no solamente comida latinoamericana sino africana y de otros países que comenzaron a unirse. Ya era un bufete internacional”, refirió al destacar que llegaron a alimentar hasta 600 personas, por unos 15 años.
Janet Arce relató que durante el año 2006 hubo una gran redada de inmigración en Baltimore en la que arrestaron a numerosas personas. “Muchas mujeres vinieron a pedirme ayuda y pensé que tenía que hacer algo por los hijos de padres deportados, me comuniqué con todos mis contactos, publicando lo que estaba pasando. Era noviembre y me dije que no iban a tener algo que comer para el Día de Acción de Gracias, y conseguimos 116 pavos para el mismo número de familias y las ayudamos con la cena. Luego llegó Navidad y empecé a pedir regalos. Pudimos recolectar unos 550, para ese primer evento y desde ese año nació el programa de Navidad para los hijos de padres deportados, que no ha parado desde hace casi 15 años”, señaló.
Así mismo, destacó que la fundación a su cargo no trabaja con ningún tipo de fondos o donaciones gubernamentales. “Mi reputación, mi labor ha conquistado corazones, he llamado la atención de personas que creen en mi misión de ayudar al prójimo”, expresó.
Refirió que los programas de la fundación se han extendido con el paso del tiempo. “Hago el evento de Regreso a la Escuela, Acción de Gracias, Navidad, El Día del Amor, Pascuas y Programa de Verano, entre otros. También, entregas de alimentos semanal de 800 familias. Trabajamos con víctimas de violencia doméstica, víctimas de abuso sexual, jóvenes adictos, personas con problemas mentales, madres a temprana edad, familias que llegan de la frontera y aquellas con niños con problemas especiales, así como con personas con enfermedades mortales. De igual manera, amueblamos hogares cuando las familias acaban de llegar de la frontera, ayudamos a las madres que apenas tienen sus hijos recién nacidos con fórmulas lácteas, productos para bebés, pañales y cunas”, apuntó.
Por si eso fuera poco, la fundación Janet Arce también celebra el día de la Herencia Hispana con la comunidad para conservar las raíces culturales. “Mensualmente nos reunimos en un desayuno familiar para mantener las familias unidas y tener un tiempo especial, ya que muchos padres trabajan mucho y es muy poco el tiempo que comparten en una mesa. Tenemos un grupo de familias que han tenido accidentes y los ayudamos con alimentos hasta que el proceso del caso es abierto”, agregó al acotar que este año se enfocarán en atender en Navidad a los niños que perdieron a sus padres por el Covid-19.
Al ser consultada sobre si necesita más ayuda para realizar su labor aseguró que siempre hace falta. “Pero, le doy gracias a Dios que ningún proyecto me ha fallado y que hemos recibido lo suficiente para alcanzar la meta”.
Como mensaje a la comunidad hispana, Janet Arce recalcó que siempre debe estar unida. “Faltamos de unidad, de interés y es triste que esos servicios que damos a personas necesitadas se consideren una competencia. Tienes que tener corazón para trabajar con gente necesitada, porque el proceso es largo. No es suficiente con dar una lata de leche a los niños, hay que ir más adelante. Por ejemplo, hay que detectar que tipo de problemas tiene la persona, si es víctima de violencia doméstica, abuso sexual o problemas mentales. Las familias llegan con un cargamento encima, no es dar un regalo o dar una lata de leche, es conocer un poco más y buscar una solución a cada situación. Si es necesario, buscar ayuda profesional y espiritual, porque creo que sin Dios no podemos lograr nada”, concluyó.
Contacto:
Janet Arce informó que a todas aquellas personas interesadas en participar en sus programas, pueden enviar un mensaje de texto al número de teléfono 443-990-6048, con su solicitud, la cual será respondida a la mayor brevedad posible.